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La producción brasileña se redujo en 2016 a 244 millones de cajas de 44,8 kilogramos, de los 300 millones de 2015, un descenso del 18,6%, según Ibiapaba Netto, director ejecutivo de CitrusBr, la asociación nacional de exportadores de cítricos.
“Se trata de la recolección más baja registrada en 28 años”, dijo Netto.
Una de sus principales causas fue una sequía inusual. En el estado de São Paulo, por ejemplo, los naranjos perdieron sus frutos por una fuerte alza de temperaturas cuando comenzó la recolección en abril.
También influyó la reducción de los cultivos de cítricos en los últimos años en el país, donde numerosos agricultores han preferido privilegiar la caña de azúcar.