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En el cuadro Cristo emerge de las tinieblas bendiciendo con una mano el mundo, mientras con la otra sostiene una esfera transparente. Iba a exponerse en septiembre pasado en el museo Louvre de Abu Dhabi, socio de la parisina homónima.
Aún hoy no se sabe quién compró el cuadro. Según The Wall Street Journal, el comprador sería el príncipe saudí Badr bin Abdalá.