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BRUMADINHO, Brasil (EFE). Según el último balance oficial, la catástrofe deja hasta ahora al menos 51 muertos, 305 desaparecidos y un número incierto de personas desalojadas, daños materiales y ambientales.
Además del bloqueo de bienes, la última medida judicial impone a la empresa minera Vale asumir la responsabilidad de la asistencia a víctimas y familiares, entre otras disposiciones.
El “riesgo inminente” de que una segunda represa de la minera se rompiera y provocara una nueva tragedia en la región obligó ayer a paralizar las búsquedas durante gran parte del día y a evacuar a cerca de 3.000 personas.
Los pobladores de la parte baja de la ciudad llegaron a ser evacuados y con ellos la impotencia y el miedo ante el derrumbe del segundo dique, en el que la minera realizó el drenaje y consiguió reducir la presión del agua.
Con la disminución del riesgo de un nuevo colapso, pobladores volvieron a sus casas y los rescatistas retomaron las labores, con la esperanza de poder hallar a más supervivientes.
La ruptura del dique el viernes al comienzo de la tarde provocó una marea de lodo que llevó todo por delante, estructuras del complejo minero y de áreas aledañas.
El sábado, decenas rescatistas buscaban a contrarreloj sobrevivientes en la extensa marea de barro marrón que sepultó casas, vehículos, caminos y se tragó la espesa vegetación de la zona.
Mientras los bomberos trabajan en el rescate y prevención, los médicos continúan con la identificación de víctimas, que ya llegan a 51 y podrían aumentar en las próximas horas con la retomada de las labores de búsqueda.
De acuerdo con los últimos datos hay unas 300 personas aún sin localizar desde que colapsó el dique.
El balance de víctimas ya supera el registrado en 2015 en una tragedia similar, cuando 19 personas murieron después de que rompiera una represa de la minera Samarco, controlada por Vale y BHP, en el estado de Minas Gerais.
Unos US$ 2.920 millones fueron bloqueados desde el viernes de las cuentas de la compañía para resarcir a los familiares de las víctimas, garantizar recursos y paliar los daños ambientales en una región donde ahora el panorama es desolador.
La empresa recibió además dos multas del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (US$ 67,5 millones) y otra del Gobierno de Minas Gerais (US$ 26,7 millones).
Privatizada por el Gobierno brasileño en 1997, Vale es una de las grandes empresas de Brasil y una de las principales mineras del mundo con operaciones en más de 30 países.