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“El programa que anunciamos hoy es una invitación a los empresarios a invertir en la modernización y ampliación de la capacidad del sector portuario en alianza con el Estado, con reglas transparentes y oportunidades de rentabilidad para el capital invertido”, declaró la presidenta.
“Seremos aliados, porque el Gobierno y los empresarios son conscientes de que puertos eficientes son fundamentales para el desarrollo de nuestro país”, enfatizó Rousseff, del izquierdista Partido de los Trabajadores.
Sexta economía del mundo y anfitrión del Mundial de Fútbol-2014 y los Juegos Olímpicos-2016, Brasil tiene 8.500 km de vías navegables y una red de 37 puertos, tres de los cuales están en concesión privada.
Por estos terminales circulan anualmente unos 700 millones de toneladas de diversos productos, más de un 90% de las exportaciones brasileñas, según estadísticas oficiales.
Con China como su principal socio comercial desde 2009, Brasil es el mayor exportador mundial de carne bovina, el mayor productor y exportador de café y el segundo exportador a nivel mundial de soja. Es también el segundo mayor exportador mundial de mineral de hierro, el principal componente del acero.
Pero su deficiente infraestructura y la falta de competitividad son un “talón de Aquiles” para su comercio internacional y también para sostener el crecimiento de su economía, que este año crecerá apenas 1,2%, según las últimas estimaciones del mercado.
La economía del gigante sudamericano se desaceleró en 2011, cuando se expandió un débil 2,7% contra el vigoroso 7,5% de 2010.
“Si aún con las limitaciones de nuestro sector portuario y de nuestra red ferroviaria y de carreteras, Brasil es el mayor exportador de alimentos y minerales del mundo, tenemos certeza que llegaremos a niveles mucho más expresivos con la mejoría de nuestros caminos y puertos”, enfatizó Rousseff.