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Tres posiciones militares situadas en el noreste de Yamaraya, en Mislon y en el aeródromo Sherai, se vieron afectadas por el bombardeo, que causó numerosos muertos y heridos civiles y una gran destrucción, de acuerdo a la versión del Ministerio sirio de Exteriores.
Damasco reconoció que uno de los blancos del presunto ataque de la aviación israelí fue el centro de investigación militar de Yamaraya, en el monte Qasium, a las afueras de la capital, mientras que la oposición informó que el bombardeo tuvo más objetivos.
El portavoz del Ejército Libre Sirio (ELS), Qasem Saadedin, explicó que el ataque alcanzó tres cuarteles militares que pertenecen al cuerpo de élite de la Guardia Republicana, un silo de misiles Scud en Maareba y otro de misiles iraníes Fateh, en la zona de Qudsiya.
Los bombardeos destruyeron, además, almacenes de municiones ubicados en el monte Qasium, un edificio militar cerca de las Fábricas de la Defensa en la zona de Al Hameh y el citado centro de investigación militar de Yamaraya.
El ataque, del que Israel no se ha responsabilizado, causó un enorme estruendo y grabaciones difundidas en internet por activistas sirios muestran un gran incendio en la zona del monte Qasium.
Mientras Israel guarda silencio y se mantiene alerta ante posibles ataques, el ministro sirio de Información, Omran al Zubi, advirtió de que esta agresión “abre las puertas a todas las posibilidades”, incluso a la de una nueva guerra en el Medio Oriente, una de las regiones más tensas del mundo.