Bolivia podrá tener acceso a un “depósito franco” en el puerto de Paranaguá, considerado uno de las más grandes terminales graneleras de América Latina y ubicado en el sureño estado de Paraná.
A través de ese depósito, Bolivia podrá realizar operaciones de importación y exportación y obtendrá una salida directa al océano Atlántico que le permitirá diversificar su comercio.
El acceso al puerto de Paranaguá estaba previsto en un tratado firmado por Brasil y Bolivia en agosto de 1990, pero por razones que “nadie puede explicar” el Gobierno brasileño demoró quince años para enviarlo a la Cámara de Diputados, dijo el senador Roberto Requiao.
En la Cámara Baja, el acuerdo permaneció luego durante una década y fue finalmente aprobado en junio pasado, cuando pasó al Senado, que “solo necesitó quince días” para ratificarlo, explicó el legislador brasileño.
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