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Bélgica igualó ayer el récord mundial de 249 días sin acuerdo para formar gobierno que Irak batió en 2010, un hito que los jóvenes "festejaron" con lo que llamaron, no sin una buena dosis de ironía, la "revolución de la papa frita", el "snack" nacional y símbolo de la unidad belga.BRUSELAS (AFP). Unas 5.000 personas se reunieron en las principales ciudades universitarias, un millar de ellas en Bruselas, según una federación estudiantil.
"Hemos visto lo que ha pasado en Túnez y Egipto. Aquí también tratamos de promover una revolución positiva. Por esto hemos escogido las papas, símbolo de la unidad belga", declaró Kliment Kostadinov, estudiante de 24 años y uno de los promotores de la jornada.
Kostadinov se hallaba ayer en Gante (norte), donde un centenar de personas hicieron un "striptease" colectivo para marcar el hecho de que los líderes políticos igualaron el nada envidiable récord mundial de Irak, que necesitó el año pasado 249 días para alcanzar un acuerdo para formar un gobierno.
Para los jóvenes, lo más preocupante es que nada indica que, ocho meses después de las elecciones legislativas, sus dirigentes estén cerca de un compromiso para reemplazar al gobierno en funciones por un verdadero ejecutivo.
Al contrario, las divisiones entre las formaciones flamencas y francófonas, que representan las dos principales comunidades lingüísticas del reino de 11 millones de habitantes, parecen acrecentarse.
"Las cosas han ido demasiado lejos y nadie entiende por qué Bélgica está paralizada desde hace tres años", con sucesivos cambios de gobierno por los desacuerdos entre Flandes (norte) y Valonia (francófona, sur) y, en especial, la reivindicación de una mayor autonomía de los flamencos, afirmó Kostadinov.
"Este récord es una vergüenza. Los políticos deben pensar un poco en las personas. Deben llegar a un compromiso", exclamó, por su parte, Marine Tholomé, de 19 años, una francófona residente en Lovaina (Flandes).
En la plaza central de esta ciudad, grupos de jóvenes hicieron cola en un puesto de distribución gratuita de papas. Otros estamparon en una banderola el lema "La unión hace la fuerza".
Como sugiere el eslogan de su campaña "No en nuestro nombre", los jóvenes rechazan toda politización de las diferencias y quieren seguir formando un solo país.
"Queremos mostrar a nuestros compañeros valones que estamos contra toda lógica separatista", explicó en flamenco Gunter Kathagen, de 23 años, al tiempo que vendían, para acompañar las papas fritas, cervezas valonas y flamencas.
Siete partidos, cuatro flamencos y tres francófonos, "tratan" en vano desde 2010 cerrar un acuerdo, para exasperación de los ciudadanos.
"Hemos visto lo que ha pasado en Túnez y Egipto. Aquí también tratamos de promover una revolución positiva. Por esto hemos escogido las papas, símbolo de la unidad belga", declaró Kliment Kostadinov, estudiante de 24 años y uno de los promotores de la jornada.
Kostadinov se hallaba ayer en Gante (norte), donde un centenar de personas hicieron un "striptease" colectivo para marcar el hecho de que los líderes políticos igualaron el nada envidiable récord mundial de Irak, que necesitó el año pasado 249 días para alcanzar un acuerdo para formar un gobierno.
Para los jóvenes, lo más preocupante es que nada indica que, ocho meses después de las elecciones legislativas, sus dirigentes estén cerca de un compromiso para reemplazar al gobierno en funciones por un verdadero ejecutivo.
Al contrario, las divisiones entre las formaciones flamencas y francófonas, que representan las dos principales comunidades lingüísticas del reino de 11 millones de habitantes, parecen acrecentarse.
"Las cosas han ido demasiado lejos y nadie entiende por qué Bélgica está paralizada desde hace tres años", con sucesivos cambios de gobierno por los desacuerdos entre Flandes (norte) y Valonia (francófona, sur) y, en especial, la reivindicación de una mayor autonomía de los flamencos, afirmó Kostadinov.
"Este récord es una vergüenza. Los políticos deben pensar un poco en las personas. Deben llegar a un compromiso", exclamó, por su parte, Marine Tholomé, de 19 años, una francófona residente en Lovaina (Flandes).
En la plaza central de esta ciudad, grupos de jóvenes hicieron cola en un puesto de distribución gratuita de papas. Otros estamparon en una banderola el lema "La unión hace la fuerza".
Como sugiere el eslogan de su campaña "No en nuestro nombre", los jóvenes rechazan toda politización de las diferencias y quieren seguir formando un solo país.
"Queremos mostrar a nuestros compañeros valones que estamos contra toda lógica separatista", explicó en flamenco Gunter Kathagen, de 23 años, al tiempo que vendían, para acompañar las papas fritas, cervezas valonas y flamencas.
Siete partidos, cuatro flamencos y tres francófonos, "tratan" en vano desde 2010 cerrar un acuerdo, para exasperación de los ciudadanos.