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Se ha hecho habitual esta semana encontrarse con restos de comida y basura esparcida por las aceras, así como contenedores y papeleras rebosantes. Otra imagen más de la decadencia cotidiana y que agiganta la crisis que vive el país.
Según los sindicatos, la huelga está teniendo un 100% de seguimiento. El motivo de la huelga es el anuncio del despido de 1.134 trabajadores de una plantilla de 6.000 de tres empresas que operan en Madrid.
En el caso de una cuarta empresa no hay despidos, pero se han planteado reducciones de salarios de hasta un 43%. Los trabajadores que realizan los servicios mínimos han tenido que ser escoltados por la policía.
Según el ayuntamiento, casi el 30% de la plantilla designada para los servicios mínimos no pudo realizar su trabajo.
El ayuntamiento asegura que controla de forma “diaria y continua” la evolución de los desperdicios para evitar problemas de salubridad.
Desde que comenzó la huelga, el pasado lunes, han ardido decenas de contenedores de basura.
El delegado de medio ambiente del ayuntamiento de Madrid, Diego Sanjuanbenito, calificó de “guerrilla urbana” las acciones de “algunos” piquetes.
“Hay interés de ensuciar más que en el simple hecho de no limpiar”, declaró. Los actos vandálicos “no ayudarán a resolver el conflicto”, afirmó el líder del sindicato Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, quien dijo no ser partidario de las huelgas indefinidas.