Avión buscará dar vuelta al mundo con energía solar

PAYERNE, Suiza. (EFE). Bertrand Piccard, hijo y nieto de pioneros inventores, quiso crear un avión que pudiera dar la vuelta al mundo simplemente propulsado por la luz del sol y ayer, 12 años después de ese sueño que muchos desestimaron, ha presentado el Solar Impulso II, el primer aeroplano que circunvalará la Tierra sin usar combustible normal.

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“Hoy me acuerdo de Dumbo. Ese pequeño elefante con orejas grandes del que todos se reían. Pero él logró volar y todos se maravillaron. Debemos tener sueños. Los sueños pueden parecer irreales, pero hay que perseguirlos porque a veces se hacen realidad. Hoy estamos muy cerca del que yo siempre he tenido: dar la vuelta al mundo en un avión solar”, afirmó Piccard, en la presentación de la aeronave.

Nieto de Auguste, inventor del batiscafo y otros vehículos subacuáticos, e hijo de Jacques, gran aventurero, Bertrand fue la primera persona en dar la vuelta al mundo en globo aerostático.

Tras esa hazaña y convencido de “que todos deberíamos hacer algo para proteger a la humanidad antes de que nos quedemos sin recursos”, ideó crear un avión que no usara una sola gota de combustible fósil.

Una década de esfuerzo, ingenio e inversión que ha culminado y se ha concretado en un avión que se propulsa exclusivamente con la energía solar almacenada en sus baterías gigantes, que pesan 633 kilos, un cuarto del peso total de la aeronave.

Este es el segundo prototipo de ese “sueño”. El primero, más leve y menos potente, realizó su primer vuelo en 2010 y logró, entre otros, viajar 26 horas seguidas, y cruzar Estados Unidos de costa a costa en cinco etapas.

Como Dumbo, el avión tiene unas enormes “alas” de 72 metros de envergadura –las de un Boeing 747 Jumbo miden 68,5 metros–; y está cubierto de una fina capa de fibra de carbono que alberga 17.248 células solares para darle autonomía hasta cinco noches y cinco días.

La velocidad máxima a la que podrá navegar es de 90 km/h al nivel del mar, y de 140 km/h a su altitud máxima, 8.500 metros.

“Para poder ir de China a Estados Unidos o de Estados Unidos hasta Europa necesitamos ese tiempo de autonomía, el Solar Impulse II lo logrará”, explicó a su vez, André Borschberg, el ingeniero jefe del proyecto y que ha estado al lado de Piccard desde el inicio.

Ambos son pilotos, y ambos se alternarán en la cabina durante el trayecto alrededor del mundo, como han hecho hasta la fecha en todas las travesías que han realizado con el primer prototipo del avión.

“Solar Impulse no se construyó para transportar pasajeros, sino para transportar mensajes. Queremos demostrar la importancia del espíritu emprendedor, para que la gente se cuestione lo que dan por sentado”, declaró Piccard.

El nuevo avión también incluye la novedad de que es completamente hermético, por lo que podrá volar sin problemas bajo la lluvia.

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