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SEÚL (EFE).Un total de 717 desertores llegaron a Corea del Sur en los primeros seis meses de 2013, comparado con los 710 de 2012, de acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Unificación surcoreano.
El número de norcoreanos que abandonaron su país para vivir en el Sur llegó a alcanzar los 2.929 en 2009, pero desde entonces ha ido disminuyendo considerablemente.
El año pasado un total de 1.508 norcoreanos huyeron a Corea del Sur, algo más de la mitad de los 2.706 que lo hicieron en 2011, debido principalmente al refuerzo de la seguridad en la militarizada frontera que les separa con el Sur.
Según los últimos datos, fue en el segundo trimestre cuando el número de desertores empezó a subir, algo que según funcionarios del Ministerio de Unificación se debe a que normalmente los intentos de salir del hermético país se elevan durante los meses con mejor tiempo.
Algunos analistas consultados por la agencia Yonhap señalaron que el incremento de desertores que se dirigen a Corea del Sur se debe a la reciente deportación de nueve jóvenes norcoreanos detenidos en Laos, lo que ha hecho que se empiece a descartar este país como vía de salida.
La deportación de refugiados por parte de Laos, país gobernado por un Partido Comunista único al igual que China y Corea del Norte, era un hecho inusual, ya que generalmente los fugitivos norcoreanos lograban solicitar asilo en Corea del Sur tras alcanzar su embajada en la capital laosiana, Vientián.
Actualmente, 24.934 desertores del Norte residen en Corea del Sur, donde se les reconoce como refugiados, reciben asilo político y ayudas económicas y formativas tras huir del hermético régimen comunista.
Corea del Norte posee un régimen socialista totalitario que ha desquebrajado cualquier intento de lograr algún proceso de democratización, en las últimas décadas.
No existen partidos políticos opositores ni prensa independiente. Según Amnistía Internacional, también existen aún campos de concentración.
La pobreza y la hambruna siguen representando graves problemas para el régimen autoritario que depende de la ayuda extranjera para alimentar a sus habitantes.