Cargando...
Argumentando falta de inversiones por parte de la petrolera española en pleno déficit energético en Argentina y su voluntad de recuperar el autoabastecimiento de combustibles, la presidenta Kirchner había expropiado por ley la casi totalidad de las acciones que Repsol tenía en su entonces filial YPF.
Tras generar un duro enfrentamiento diplomático con el Gobierno español -que recibió el apoyo de la Unión Europea, Estados Unidos y organismos multilaterales-, el ejecutivo argentino dio un giro pragmático a finales de noviembre alcanzando un preacuerdo de compensación con Repsol.
Sus términos precisos, negociados en un contexto de fuerte presión monetaria en Argentina, dan “derecho de la compañía a percibir 5.000 millones de dólares como compensación a la expropiación del 51% de las acciones de YPF” y ofrecen “garantías para su pago efectivo”, informó Repsol en un comunicado.
La compensación se realizará en bonos de deuda argentinos, por 500 millones de dólares con vencimiento en 2017, 3.250 millones con vencimiento en 2024 y 1.250 millones con vencimiento en 2033.
Previendo esta compensación, Repsol -que antes de la expropiación tenía a YPF contabilizado en sus libros por 5.400 millones de euros (unos 7.350 millones de dólares)- anunció la semana pasada que aprovisionaría 1.279 millones de euros con cargo a sus resultados de 2013 para compensar las pérdidas ligadas a la expropiación.
Estas y otras provisiones provocaron un desplome del 90% de su beneficio neto en 2013, a 195 millones de euros, según los resultados presentados por la petrolera.