Allende pidió confiar en Pinochet en pleno golpe

“¡Llamen a Augusto, que es de los nuestros!”, gritó Salvador Allende cuando el golpe de Estado ya estaba en marcha el 11 de setiembre de 1973, convencido de la lealtad del flamante jefe del Ejército, Augusto Pinochet. Pero el alto militar ya se había puesto rápidamente al frente de las fuerzas golpistas para sacar del poder al socialista.

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SANTIAGO (AFP). Víctima y victimario, las vidas de Allende y Pinochet tenían pocos puntos en común antes de aquel día aciago.

Con 58 años, Pinochet había asumido la jefatura del Ejército apenas tres semanas antes, recomendado por su predecesor, el general Carlos Prats, quien sería asesinado poco después del golpe en Buenos Aires, por los esbirros del dictador. Allende, un médico socialista de 65 años, lo nombró en el cargo creyendo en su lealtad.

Nadie sospechaba que sería Pinochet, un general mediocre, quien derrocaría a Allende, electo presidente en su cuarto intento, el 4 de noviembre de 1970, liderando la Unidad Popular, integrada por socialistas, comunistas, radicales y otras corrientes de izquierda.

“Mi padre creyó hasta el final en él, porque se lo había recomendado el general Prats. Para él tiene que haber sido tremendo enterarse de su traición”, dijo su hija, la senadora Isabel Allende.

Pinochet pasó a liderar las acciones golpistas pese a que “no jugó ningún rol en la gestación del golpe y solo se subió a él 48 horas antes”, afirmó la periodista Mónica González, autora del libro “La Conjura”, que narra el complot.

Años más tarde, Pinochet le aseguraba a una de sus biógrafas, la periodista María Eugenia Oyarzún, que el golpe lo preparaba en secreto desde un año antes: “No cabía el error (...) teníamos que librar a la patria del caos de Allende y del cáncer marxista”, argumentó.

Allende llegó al gobierno con 36,3% de los votos, en su cuarta campaña presidencial, tras una vida dedicada a la política. Nacido el 26 de junio de 1908 en Valparaíso, 120 km de Santiago, Allende se recibió de médico y fue electo diputado a los 30 años. Luego fue ministro de Salud y más tarde llegó al Senado.

Pinochet, por su parte, fue rechazado dos veces en la academia militar y le costaba estudiar. “Él mismo explicaba que era alguien que tenía dificultad para el estudio. Fue dos veces rechazado en la Escuela Militar, sufría de jaquecas severas cuando estudiaba en exceso”, según el periodista Juan Cristóbal Peña, autor de un libro sobre el dictador.

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