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El proyecto implica a dos personas, que habían solicitado a la empresa embarcarse en esta aventura, y que no fueron identificadas, en un viaje de la Tierra hasta nuestro satélite, al cual darían una vuelta con la nave, sin descender, y volverían al planeta.
El anuncio abrió el debate sobre si se está preparado para enviar al espacio a personas del común, sin el intenso programa de entrenamiento de los astronautas profesionales.
En viajes prolongados, que no será el caso específico de este viaje turístico a la Luna, las radiaciones cósmicas pueden afectar el funcionamiento de nuestras células.
Aunque, en principio, cualquier persona puede viajar al espacio, atendiendo a las consecuencias que el viaje ocasiona.
Las principales afecciones al cuerpo están ligadas a la ingravidez.
El oído interno puede desequilibrarse, ocasionando mareo y desorientación, provocando dolores de cabeza y náuseas.
Una afección particular es la sensación de “piernas flacas”. En la Tierra, los fluidos del cuerpo están sometidos a la gravedad, y nuestro organismo compensa esto, “forzando” a que la sangre de las piernas suba al resto del cuerpo.
Sin gravedad, esta “subida” de fluidos se incrementa, lo que causa una molesta sensación de piernas “adelgazadas”.
También, al regreso del viaje puede costar un poco volver a habituarse a la gravedad.
No obstante, estas afecciones son temporales.