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La ministra de Cultura, Diana Álvarez-Calderón, afirmó en una rueda de prensa que un equipo de expertos constató con la ayuda de drones (vehículos aéreos no tripulados) los daños ocasionados por activistas de Greenpeace hace una semana en la zona donde están ubicadas las enigmáticas líneas de Nasca.
“El daño provocado es irreparable y las disculpas ofrecidas por la organización ambientalista no bastan”, precisó.
La incursión de Greenpeace generó críticas en Perú ante el temor de que haya producido daños en las líneas, pero la ONG respondió por Facebook en ese momento que no dañó los trazos pues colocó paños amarillos en el suelo lejos de las figuras.
“Tiempo de cambio: el futuro es renovable”, decía el mensaje de la organización.
Greenpeace, que ha dejado de usar esas imágenes como propaganda, se disculpó y dijo que su director, Kumi Naidoo, permanecerá en Lima para colaborar con las investigaciones.
Las líneas de Nasca, declaradas patrimonio mundial por la UNESCO en 1994, están ubicadas a 450 kilómetros al sur de Lima.