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MOSCÚ (AFP). El tramo final de la URSS puede sintetizarse en fechas clave.
En marzo de 1985 Mijail Gorbachov se convierte en el número uno de la Unión Soviética. Con 56 años, es un dirigente joven en relación con los estándares de la dirigencia soviética.
Desde su acceso al poder, Gorbachov inicia un amplio programa de reformas, la perestroika, destinada a enfrentar la caída del precio del petróleo, la penuria crónica de bienes de consumo y el incremento de la deuda estatal.
En 1989, Gorbachov decide retirar al Ejército Rojo de Afganistán, país que había sido invadido en 1979.
En mayo de 1989, Hungría abre su frontera con Austria, creando una primera brecha en la Cortina de Hierro.
En el último trimestre de 1989, los regímenes comunistas de Europa Oriental (satélites soviéticos) caen uno tras otro, sin que la URSS intervenga como lo había hecho en Hungría en 1956 y en Checoslovaquia en 1968.
El 9 de noviembre, el Muro de Berlín se derrumba. Luego se produce la Revolución de Terciopelo en Checoslovaquia y el levantamiento contra Nicolae Ceausescu en Rumania. El bloque socialista deja de existir.
En 1990, varias repúblicas de la URSS exigen mayor autonomía. En junio, Rusia, la república dominante, presidida por Boris Yeltsin, adversario de Gorbachov, proclama su soberanía.
El 11 de marzo de 1990, Lituania proclama su independencia. Las tropas soviéticas intervienen y en mayo, tras incidentes violentos que dejan 13 muertos, se retiran.
El 19 de agosto de 1991 un sector del Partido Comunista y de las Fuerzas Armadas intentan un golpe de Estado, cuyo fracaso precipita el fin del comunismo.
El 8 de diciembre, los dirigentes rusos, ucranianos y bielorrusos firman el tratado de Belavezha, creando una “Comunidad de Estados Independientes”, en lugar de la Unión Soviética.
El 25 de diciembre de 1991 renuncia Gorbachov, último presidente de la URSS, y se produce su disolución definitiva.