Cargando...
La empresa aeroespacial ya había lanzado 300 satélites en cuatro lanzamientos previos, y tiene como objetivo crear una red de 12.000 satélites Starlink para ofrecer cobertura global y llegar así a regiones remotas.
En una primera fase, la empresa espera poder dar servicio al norte de Estados Unidos y Canadá este mismo año, para llegar en 2021 a casi todas las regiones pobladas.
Los satélites de este programa orbitan a 550 kilómetros de altitud, una distancia mucho menor que los satélites que ofrecen en estos momentos este servicio, lo que conlleva una velocidad de conexión más baja que la prevista por Starlink.
Para lograr el objetivo, a principios de enero pasado SpaceX realizó con éxito una prueba no tripulada con la cápsula Crew Dragon en su plan para poner en marcha los primeros vuelos comerciales al espacio con humanos.
Los viajes con la Crew Dragon tripulada está previsto que comiencen en un futuro próximo con el envío a la Estación Espacial Internacional (ISS, por su siglas en inglés) de los astronautas de la NASA Bob Behnken y Doug Hurley.
Preocupación de astrónomos
Elon Musk había desestimado preocupaciones de científicos sobre el posible efecto perjudicial en las observaciones astronómicas causado por la constelación de satélites de su compañía.
Los científicos objetaron la iniciativa luego de que una primera camada de satélites pudiera divisarse en el cielo nocturno como un tren de luces brillantes, poco después de su lanzamiento el año pasado. Su argumento es que representan una “sentencia de muerte” para las observaciones astronómicas ópticas y también las efectuadas con radiotelescopios.
Musk había adelantado que estaban trabajando con la comunidad científica para reducir el potencial reflectivo de los satélites, pintando sus antenas de negro y equipándolos con sombrillas espaciales para bloquear la luz solar.