Arca de Noé vegetal supera millón de semillas almacenadas en el Ártico

La Bóveda Global de Semillas de Svalbard (Noruega), conocida como el “Arca de Noé” de los cultivos, situada en el Ártico, superó el millón de muestras almacenadas gracias al mayor depósito realizado desde su apertura.

EL "ARCA DE NOÉ VEGETAL"
EL "ARCA DE NOÉ VEGETAL"Archivo, ABC Color

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OSLO (EFE, AFP). Más de 60.000 muestras de semillas, procedentes de unos 35 bancos genéticos regionales e internacionales, entraron en esta “Arca de Noé vegetal”, conservada en una montaña cerca de Longyearbyen, en el archipiélago noruego de Svalbard, a unos 1.300 km del Polo Norte.

El Gobierno noruego, el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos y el Banco Genético Nórdico impulsaron este proyecto que culminó en febrero de 2008 con la apertura de la que también se conoce como la bóveda “del fin del mundo”.

Se trata de un depósito seguro, construido en una cueva excavada en una montaña, de duplicados de semillas de cultivos alimentarios para protegerlos frente a catástrofes que pudieran acabar con especies completas.

Representantes de 36 organizaciones de 33 países participaron en la ceremonia celebrada en el exterior de la bóveda, que ahora contiene muestras de 5.000 especies distintas, donadas por 85 depositarios.

Aporte latinoamericano

Entre las instituciones que han hecho nuevos aportes, más de 60.000 muestras en total, figuran el colombiano Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), que ha donado esta vez variedades de guisante de mariposa, trébol, sorgo y frijoles.

El mexicano Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el peruano Centro Internacional de la Papa (CIP) también han participado en la nueva ronda de depósitos, al igual que la Universidad de Costa Rica, que aporta variedades de tres especies de arroz nativo, incluidos dos salvajes.

La representación latinoamericana la completa la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), que ha enviado variedades de cultivos como la cebolla, el melón y la guindilla.

Última red de seguridad para los cerca de 1.700 bancos genéticos en el mundo, la reserva de Svalbard pretende preservar plantas susceptibles de alimentar a la creciente población mundial en caso de algún desastre.

“Cada una de estas semillas (...) contiene posibles soluciones para la agricultura durable”, dijo Lise Lykke Steffensen, directora del banco genético de los Estados nórdicos. “Soluciones vitales para alimentar la creciente población y conseguir una transición verde” .

La lista de depositarios incluye a la nación Cherokee, primeros indígenas de América que se suman en nutrir la despensa con semillas de alubias, calabazas y maíz.

El príncipe Carlos del Reino Unido también envió 27 semillas de plantas silvestres, como primaveras y orquídeas, colectadas en las praderas de Highgrove, su residencia campestre.

Ya ha mostrado su efectividad

Esta espectacular reserva pretende ser un salvavidas frente a las catástrofes naturales o humanas.

Su utilidad quedó de manifiesto con el conflicto sirio. En 2015 los investigadores pudieron recuperar en Svalbard las semillas desaparecidas en un banco de genes de la ciudad siria de Alepo.

Más de 5.000 especies vegetales están depositadas actualmente en la bóveda.

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