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BAGDAD (AFP). El poderoso general iraní Qasem Soleimani, y un dirigente proiraní murieron ayer en un bombardeo estadounidense en Bagdad, suscitando llamados de “venganza” de la República Islámica y elevando las tensiones entre Washington y Teherán.
El general Soleimani era el comandante de la Fuerza Quds del ejército ideológico de Irán y Abu Mehdi al Muhandis, con doble nacionalidad iraquí-iraní, era el número dos de las Fuerzas de Movilización Popular o Hashd al Shaabi, una coalición de paramilitares proiraníes.
La Fuerza Quds es una unidad de élite de la Guardia Revolucionaria de Irán dirigida a llevar a cabo actividades de guerra e inteligencia no convencionales y es responsable de las operaciones extraterritoriales.
Luego de que un contratista estadounidense muriera el 27 de diciembre pasado, por un ataque de fuerzas paramilitares irakíes, apoyadas por Irán, la tensión comenzó a subir, en esa región, ya de por sí caldeada.
Entonces, un par de días después, Estados Unidos respondió con bombardeos a bases de Hezbolá, también una agrupación paramilitar, aliada de Irán.
El 31 de diciembre otro grupo apoyado por Irán atacó la embajada estadounidense, comprometiendo la seguridad de los ahí presentes.
Entonces, Washington decidió dar este último golpe, hasta ahora, atacando un convoy donde viajaba el alto jerarca del régimen fundamentalista iraní.
La operación
El Pentágono no entregó detalles de la operación, aunque dejó en claro que el presidente Donald Trump dio la orden de llevarla a cabo.
Según varios medios estadounidenses, se utilizaron drones que golpearon dos vehículos en una carretera que conduce al aeropuerto internacional de Bagdad.
Soleimani, que comandaba las fuerzas especiales Quds de Irán y era considerado como una de las figuras más poderosas del país, viajaba en uno de ellos.
Abu Mehdi Al Muhandis, el número dos de Hashd Al Shaabi, coalición paramilitar pro-Irán, también murió en el ataque.
Un responsable militar estadounidense aseguró que el impacto que pulverizó los vehículos donde se encontraban Soleimani y Mehdi se realizó con “un tiro de precisión con un dron”.
Este método refleja más el modus operandi del ejército israelí que de las fuerzas estadounidenses, que típicamente organizan incursiones de sus fuerzas especiales, en casos como estos.
Los ejemplos incluyen Osama bin Laden, o más recientemente, el exlíder del Estado Islámico Abu Bakr Al Bagdadi.