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LA PAZ (EFE, AFP). El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia seguía anoche con el escrutinio de los votos y era posible que anunciara durante la madrugada de hoy el 100% de los resultados de las elecciones del domingo. Hasta el cierre de nuestra edición el cómputo había avanzado a más del 97% y Evo Morales –que busca su cuarta reelección, pese a prohibición constitucional– se ubicada cerca ganar en primera ronda.
Según el conteo oficial, Morales reunía el 46,69% de los votos, mientras que el opositor Carlos Mesa el 36,84% de los sufragios, marcándose una diferencia entre ambos de 9,8%. Para ganar las elecciones en Bolivia hay que alcanzar el 50% más uno de los votos, o el 40% con 10 puntos sobre el segundo, por lo que a Evo solo le faltaban 0,15%.
La crisis política subió ayer un grado más de tensión al advertir el presidente Morales que se encuentra en “estado de emergencia”, para defenderse de un “golpe de Estado” de la derecha opositora que le prive de una victoria en las urnas.
El empleo por Evo Morales de la expresión “estado de emergencia” desató las alarmas, cuando se refería solamente a que su Gobierno y los movimientos sociales que le apoyan se movilizan para defender una victoria que ya celebran, pese a que sigue el recuento de votos.
Después de las primeras cifras parciales que el domingo en la noche insinuaban la necesidad de una inédita segunda vuelta, los nuevos resultados publicados el lunes por la autoridad electoral dieron prácticamente la victoria al presidente actual, lo que levantó sospechas de fraude en la oposición y los observadores internacionales.
La cuestionada contabilización de votos generó protestas y manifestaciones en varias zonas. La oposición cree que si Evo gana, Bolivia va camino hacia una autocracia.
Mesa, quien fue presidente de Bolivia desde 2003 hasta 2005, año que renunció ante una grave convulsión social, recibía desde Washington apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Ese organismo internacional cree que la convocatoria de una segunda vuelta electoral es la mejor opción, incluso en el caso de que Morales consiga la victoria en primera ronda, debido a las dudas surgidas. La Iglesia Católica boliviana propuso también ayer una segunda vuelta electoral “con una supervisión imparcial”, como la “única salida pacífica y concertada” a la escalada de violencia y división que vive el país.
El líder indígena Evo Morales llegó al poder en 2006. En 2016 un referendo le negó la reelección. Y pese a la negativa de la Constitución, un Tribunal lo habilitó en 2017 para una reelección indefinida, alegando que es su “derecho humano”.