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El promedio de lluvia caída en esta comunidad entre la madrugada y la mañana del domingo superó 100 milímetros.
La población de 5.000 habilitares está rodeada de un muro de tierra que protege a la comunidad de eventuales inundaciones por la crecida del río, pero como efecto negativo evita que las aguas de lluvia se escurran. Necesariamente las aguas acumuladas después de cada lluvia deben ser expulsadas con ayuda de los motores.
Los desaguaderos naturales ya fueron taponados hace algunas semanas debido a la crecida del río a fin de evitar que las aguas ingresen a la ciudad.
El intendente Sergio Cuéllar (ANR) es uno de los que sufre los efectos de las torrenciales lluvias, ya que su casa es una de las primeras en quedar anegada. El jefe comunal dijo que espera el aporte del gobierno central en el marco de la declaración de emergencia departamental en Alto Paraguay para la compra de motobombas más potentes o de lo contrario con cada lluvia se registrarán problemas similares en la comunidad.