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El emprendimiento perteneciente a la firma Arroyito SRL, representada por Miriam Larré, obtuvo una habilitación provisoria de ese tribunal para funcionar. Según los datos, el sitio no tiene habilitación municipal, ya que su apertura fue rechazada por la Comuna en el 2010 a través de la Resolución Nº 157/2010 y ratificada por la actual Junta Municipal mediante la Resolución 20/2016.
Los ediles declararon a la actividad de la granja avícola como peligrosa para el medio ambiente. Sin embargo, los propietarios recurrieron a la Justicia. Mediante los votos de los jueces Martín Ávalos y Rodrigo Escobar se logró la habilitación provisoria del establecimiento para la cría y engorde de 40.000 aves.
El sitio también cuenta con una licencia ambiental provisoria otorgada por la Secretaría del Ambiente (Seam).
Según los vecinos, en la zona residen aproximadamente unas tres mil familias y también están escuelas y colegios a los que acuden unos 500 niños y adolescentes.
Uno de los afectados, Raúl Suárez, manifestó que la granja opera hace seis meses y actualmente ya expide olores nauseabundos. Expresó que la situación favorece la proliferación de moscas y convierte la comunidad en una zona insalubre para los pobladores.
Los vecinos exigen el cierre de la granja y el respeto de las resoluciones municipales que le niegan la habilitación.