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Una de las que salió al paso de las declaraciones fue la política e investigadora en temas de género, Lilian Soto. La mujer dijo que las declaraciones de los jerarcas de la Iglesia Católica son una vergüenza y evidencian claramente sus condiciones de machos patriarcales. “Estos tipos son peligrosos; apañan el acoso y el abuso sexual minimizándolo e intimidando a las víctimas para que no denuncien”, expresó Soto.
Cree que además expanden un pensamiento que considera poco grave que un hombre te ponga las manos encima, aunque le digas que no. Seguidamente se preguntó: “¿Cómo se atreven? ¿Quién les da la autoridad para decir que es ‘leve’ que un baboso te toque los senos si vos no querés?”.
Soto, por otro lado, criticó a la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) porque con esta posición, muestra a las claras su carácter de mafia machista que no duda en seguir propiciando la subordinación y el sometimiento de las mujeres.
Por otro lado, la coordinadora regional del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem) Paraguay, abogada Elba Núñez, manifestó que el arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, en sus declaraciones con relación al acoso sexual de la que fue víctima la joven por parte del expárroco de Limpio, promueve la impunidad para la jerarquía eclesial.
“El Código Penal vigente prevé en su artículo 165, que el acoso sexual será sancionado con pena de tres a cinco años y que si se hiciere prevaleciéndose de la superioridad originada por cualquier relación, como en este caso, se impondrá además una multa de cien a doscientos días”, precisó.
Asimismo, el nuevo obispo de la diócesis de San Juan Bautista, Mons. Pedro Collar, había dicho que las comparaciones del arzobispo de Asunción no corresponden, atendiendo que el papa Francisco es claro respecto a que en estos hechos hay que actuar.