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En el retablo se encuentra la imagen del patrono de la comunidad, San José, presidido por la del Espíritu Santo, a cuyos costados se encuentran dos tallas de frutas de piña, cuya producción identifica a la comunidad.
También hay figuras de los apóstoles de Jesús, San Pedro y San Pablo, de la Virgen Del Carmen, el Niño Salvador del Mundo y tallas de ángeles. La caja del Santísimo está debajo del retablo.
El conjunto de este patrimonio con estilo barroco fue elaborado por los indígenas adiestrados en el arte del tallado y la construcción de templos por los doctrineros franciscanos.
La valiosa obra antigua muestra evidentes signos de que necesita restauración. La pintura original del templo presenta evidencias de que el tiempo ha dejado huellas en ella.
El púlpito, que hasta hace poco era utilizado por los celebrantes para el sermón, es quizás el más hermoso de entre todos con que cuentan los templos coloniales de La Cordillera. Asimismo, posee un sitio especial para la ubicación del coro, cerca del campanario.
Cuenta con cuatro campanas, de las cuales solo una data de la época de la colonia. Los dos confesionarios, las enormes puertas, los elegantes faroles y los gruesos pilares también son originales.
Hoy por hoy, los retablos de los templos considerados más importantes de la Cordillera: el de Piribebuy y Caraguatay, presentan daños irreversibles por las malas restauraciones hechas en la década de los 90.
Por esta lamentable referencia, los valenzolanos, celosos de su patrimonio, solo permitirán un trabajo que sea proyectado y dirigido por expertos españoles, asegura la intendenta de la ciudad, Graciela de Diarte. "Lo máximo que pueden hacer los visitantes es fotografiar todo lo que constituye el templo", señaló.
IMÁGENES ROBADAS
Los valenzolanos aprendieron a valorar de verdad su patrimonio en la década de los 90, cuando en dos ocasiones sufrieron el robo de varias imágenes.
En la primera oportunidad se llevaron una imagen del Niño Salvador del Mundo, la de San Rafael, San Miguel pisando al demonio, cuatro ángeles y otras figuras artísticas.
Solo fueron recuperadas las imágenes de cuatro ángeles. En el segundo hurto, nuevamente se llevaron las imágenes de los cuatro ángeles y dos piñas, que ya no se recuperaron.