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Bomberos voluntarios sacaron a las familias cuyas viviendas fueron alcanzadas por el gran raudal.SAN IGNACIO, Misiones. (Rafael Marcial Montiel, corresponsal). Una lluvia de gran volumen se abatió sobre el distrito y abarcó las demás localidades de Misiones, llenando de agua el campo y la ciudad. A raíz de la copiosa lluvia de la víspera y el viernes último, desbordó el Primer Arroyo que cruza numerosos barrios periféricos de la ciudad. Las viviendas de los vecinos fueron alcanzadas por las aguas arrasando gran parte del sector norte y este de San Ignacio.
Personal del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de esta ciudad, ayudado por la ambulancia del hospital distrital, auxilió a los damnificados de la inundación. Viviendas, enseres y utensilios domésticos tuvieron que ser abandonados por los dueños para salvarse de una precipitación que se abatió sobre la zona.
El vicecomandante del cuerpo de bomberos voluntarios de San Ignacio, Eulalio Maciel, explicó que sacaron a numerosas familias de sus hogares y que lo tras-
ladaron a lugares más altos, siguiendo la recomendación médica para evitar enfermedades respiratorias y otras dolencias propias ocasionadas por frecuentes lluvias, inundaciones y la humedad.
Añadió que muchos pobladores se resistieron en salir de sus casas porque no quisieron dejar sus muebles y electrodomésticos. "Pero tuvimos que convencer para evitar mayores problemas de salud", dijo Maciel.
Señaló que aún no tienen la cifra exacta de cuántas personas están afectadas por la inundación del Primer Arroyo. Agregó que la prioridad fue salvar a las familias damnificadas y que luego harán el censo para determinar el número de personas afectadas.
Una de las damnificadas que vive sobre la calle 14 de Mayo de esta ciudad, paralela a la Ruta I Mariscal López, María Inés de Hermosa, señaló que el temporal mató a 120 pollos de su producción. "Me dedico a la cría de pollos y esta inundación me causó perjuicio enorme porque murieron todos mi pollos", lamentó.
Personal del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de esta ciudad, ayudado por la ambulancia del hospital distrital, auxilió a los damnificados de la inundación. Viviendas, enseres y utensilios domésticos tuvieron que ser abandonados por los dueños para salvarse de una precipitación que se abatió sobre la zona.
El vicecomandante del cuerpo de bomberos voluntarios de San Ignacio, Eulalio Maciel, explicó que sacaron a numerosas familias de sus hogares y que lo tras-
ladaron a lugares más altos, siguiendo la recomendación médica para evitar enfermedades respiratorias y otras dolencias propias ocasionadas por frecuentes lluvias, inundaciones y la humedad.
Añadió que muchos pobladores se resistieron en salir de sus casas porque no quisieron dejar sus muebles y electrodomésticos. "Pero tuvimos que convencer para evitar mayores problemas de salud", dijo Maciel.
Señaló que aún no tienen la cifra exacta de cuántas personas están afectadas por la inundación del Primer Arroyo. Agregó que la prioridad fue salvar a las familias damnificadas y que luego harán el censo para determinar el número de personas afectadas.
Una de las damnificadas que vive sobre la calle 14 de Mayo de esta ciudad, paralela a la Ruta I Mariscal López, María Inés de Hermosa, señaló que el temporal mató a 120 pollos de su producción. "Me dedico a la cría de pollos y esta inundación me causó perjuicio enorme porque murieron todos mi pollos", lamentó.