Cargando...
"Aquí uno viene y se olvida de todo y regresa revigorizado para reanudar sus labores cotidianos en Asunción o en donde sea. Este es un lugar maravilloso; la belleza que tiene es impresionante, relajante", dijo emocionado Roberto Alonso, quien se dio una escapada en compañía de un amigo para pescar y relajarse a orillas del río Manduvirá, rodeado de una majestuosa belleza natural.
Para Alonso, todo Arroyos y Esteros es un paraíso, privilegiado por contar con tres ríos: el Yhaguy, Manduvirá y Piribebuy, y cuenta con una vegetación impresionante.
Al llegar al ex puerto, uno se encuentra con un espectáculo único, que son las enormes piedras que emergen a orillas del río y los pescadores tirando sus liñadas a cualquier hora del día. Igualmente, emocionados, niños y jóvenes chapotean en las costas en medio de risas y gritos, y se escucha el trinar de enormes aves que solo en esta zona se pueden ver.
También a la vera del ex puerto hay un extenso pastizal para quienes quieran realizar camping, jugar fútbol o vóley.
La belleza de Tobatí Tuyá traspasa lo natural, ya que aquí comenzó la historia de la Virgen de los Milagros de Caacupé. Según el relato, siglos atrás, en el lugar estaba asentado el primer pueblo de Tobatí, época en la cual el indígena artesano desconocido, quien se había internado en el monte para buscar troncos de madera a pedido del cacique de la comarca, esculpió dos imágenes de la Virgen cumpliendo la promesa por el milagro de salvarlo de nativos salvajes.
Otro aspecto de lo que pueden disfrutar los visitantes de este lugar es la hospitalidad de los lugareños. A unos metros del ex puerto se encuentra la "Despensa sin rival" y el "Kiosco de la Alegría". En estos pequeños negocios uno puede conseguir lo esencial para suplir lo que olvidó cargar en la mochila. Niños, jóvenes y algún anciano, expertos en natación y pesca, por lo general sirven de guía y compañía a los pescadores que deciden pasar la noche entera en esta actividad.
Tobatí Tuyá es un tesoro en bruto para el ecoturismo en nuestro país. Mientras las autoridades pertinentes descubran la manera cómo explotarlo, nadie que ame la naturaleza puede privarse de disfrutarlo. Pero tiene que asegurarse de cargar un buen repelente antimosquito en su mochila, especialmente, si la idea es pasar la noche en el lugar escuchando los sonidos emitidos por los animalitos que componen ese maravilloso ecosistema.