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El profesor Abraham Talavera, docente jubilado, afirmó que una de las alternativas es concentrar a los docentes y alumnos en la escuela mejor equipada de cada distrito, ofreciéndoles un servicio de transporte, que les acerque a los centros educativos.
En este caso –dijo– los estudiantes deberán permanecer por más horas en las instituciones, aprovechando al máximo el tiempo para aprender. En tanto, los docentes de los plurigrados, al ser eliminados, podrían constituirse en maestros de apoyo para niños con problemas de aprendizaje.
El plurigrado como sistema de enseñanza en las escuelas rurales del Ñeembucú se está volviendo cada vez más corriente y los docentes y padres de familia ya habían expresado sus quejas.
Resulta imposible que los escolares asimilen conocimientos en pequeñas aulas, donde asisten alumnos de varios grados simultáneamente. La habilitación de escuelas en compañías, en los años de bonanza del cultivo de algodón, entró en una etapa de crisis por la migración masiva de los pobladores hacia la Argentina y otros puntos del país, en busca de trabajo.
Esto dejó a las instituciones educativas casi sin alumnos. El MEC optó por cerrar algunas escuelas e implementar el plurigrado. La migración continúa y es probable que más escuelitas rurales sean clausuradas, como pasó en Potrero Pirú-Guazucuá, donde 6 niños en edad escolar y sus padres esperan que el MEC reabra las puertas del local.