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FUERTE OLIMPO, Alto Paraguay (Carlos Almirón, corresponsal). La comunidad Karanda’yty se encuentra a 200 kilómetros de la zona urbana de esta capital departamental, hacia el centro de la Región Occidental, en pleno monte. Todas las familias que habitan el lugar se dedican a la ganadería en pequeña escala.
Viven en el sitio desde hace más de 50 años, y muchos de ellos, en especial los más jóvenes, nacieron en la comunidad. Desde hace cinco años, vienen teniendo problemas para utilizar los caminos que siempre transitaron, ya que aparecieron en la zona extranjeros que formaron estancias en las tierras por donde cruzan estas vías, colocaron cercas y portones con candados para evitar que crucen por sus dominios.
En los portones de estos nuevos establecimientos se ubicaron guardias privados y armados.
Para salir de la comunidad o acceder a ella, se ven obligados a utilizar caminos alternativos que hacen largas las distancias. La situación se complica cuando deben trasladar algún paciente al hospital de Fuerte Olimpo.
Al drama generado por la falta de caminos se suma la carencia de agua, debido a que los tajamares están prácticamente secos por la escasez de lluvias importantes.
Por ahora, recurren a los pequeños y precarios pozos que poseen para consumo de animales vacunos y también humano. Sin embargo, el vital líquido no es tratado, se presenta turbio y en algunos casos es salobre, debido a que el suelo chaqueño se caracteriza por su alto componente de sal.
El director del Hospital Regional de Fuerte Olimpo, doctor René Gallagher, viajó a la zona para asistir a los pobladores. Afirmó que las familias de Karanda’yty sobreviven en condiciones dramáticas.
Don Armín Molinas, antiguo poblador del lugar, dijo que desde hace mucho reclaman la acción de las autoridades, en especial del Poder Judicial, para liberar los caminos.
“Nos sentimos prisioneros en nuestra propia tierra”, se quejó. Añadió que son familias trabajadoras y no delincuentes para vivir encerrados.