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El consorcio C&C, representado por Joel Céspedes, ganó una licitación para la restauración de la iglesia de San Buenaventura por G. 12.000 millones. Diez meses después de la firma de contrato con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), en octubre de 2015, la empresa fue excluida de los trabajos después de que la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) comprobara que había presentado documentos de contenido falso para participar de la licitación pública.
C&C interpuso un recurso de reconsideración contra la resolución de DNCP, que fue rechazado el 4 de noviembre. Al no conseguir la autorización para continuar con la obra, el 20 de noviembre presentó una demanda ante el Tribunal de Cuentas Segunda Sala.
Villalba pide al Tribunal de Cuentas que decida si C&C continúa o no con los trabajos. Si se anula el proceso de concesión se debe convocar a una nueva licitación, indica.
El domingo 6 de marzo un grupo de yaguaroninos realizó el segundo “abrazo simbólico” al templo de Yaguarón en señal de defensa. Exigen que se reanuden los trabajos de restauración del sitio sacro.
Villalba señala que la acción de suspensión de la obra en el templo de Yaguarón no es recomendable porque debe primar el interés general de manera a evitar que el arte, la ciencia y la historia, o un monumento público –como es esta iglesia– se destruya.
También la “cosa destinada” al uso público, como es una calle que pasa a un costado del templo, que se encuentra clausurada para el paso de personas y vehículos.