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SAN ANTONIO (Higinio R. Ruiz Díaz, corresponsal).-Monseñor Peralta dijo que se tiene que practicar la verdad y decirla tal cual es y no maquillarla para presentarla de otra manera. Esta expresión fue en alusión al matrimonio de personas del mismo sexo, tema que se debatió ampliamente la semana pasada en nuestro país durante la asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
“Primero debemos practicar nuestra propia verdad. De ser persona humana, criatura de Dios, hombre y mujer. Eso ya es para toda la eternidad. Hoy día sabemos que muchos siendo varón se hace mujer y cumple más o menos ese papel. Quieren ser esposa de otro hombre y esto atenta contra el Reino de Dios”, expresó el religioso.
Pidió a la feligresía presente trabajar con honestidad y fidelidad. Que todas las tareas sean fruto de la verdad y no caer en los vicios del engaño, maltrato e injurias entre los hermanos.
En el país se transforma la verdad en mentira, y ese es el mal que destruye y divide, insistió.
“En este pueblo, país y el mundo entero falsificamos nuestro comportamiento de ser hijos de la verdad. Pasamos a ser hijos de la mentira y esta es la causa de las divisiones y persecuciones. En muchas hasta nos aniquilamos”, reflexionó Peralta.
Asimismo, durante su homilía dijo que las ideologías hoy en día priman, y puso como ejemplo la política partidaria, la banda criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y las barras bravas que se enfrentan constantemente. “Estas están fuera del Reino de Dios, que busca el amor, la paz y la verdad”.
Imploró vivir como hermanos, en fraterna armonía y paz, ayuda, comprensión y amor, como verdaderos hijos de Dios. Mencionó a los damnificados y pidió ayudarlos en estos momentos difíciles.
También resaltó la importancia de vivir la paz, dejar de lado las divisiones, persecuciones y las agresiones en las casas, barrios y ciudad. “Somos fanáticos de los partidos políticos, el fútbol y empezamos a pelearnos entre cerristas y olimpistas, o movimientos. Hasta se llega a matar”, recalcó el prelado.
Todo esto fue en alusión a un enfrentamiento entre barras bravas, que se produjo en la noche del jueves último en la plaza de San Antonio, y que terminó en una guerra campal. Varias personas terminaron heridas.
Ya al final de la misa, Peralta solicitó recuperar el diálogo entre todos los sectores, para así vivir en la tranquilidad y la unidad.
Tras la misa de las 19:00, que debía cumplirse ayer, los fieles organizaban la procesión por las principales avenidas de la ciudad, con antorchas y fuegos artificiales.