Salto del Guairá, la nueva ruta de la marihuana

La estratégica ubicación de Salto del Guairá, en la frontera con dos estados brasileños (Mato Grosso do Sul y Paraná), ofrece grandes posibilidades de negocios. Pero mientras las autoridades no encuentran la fórmula para explotar esta ventaja, quienes se dedican a los negocios que están al margen de la ley hace tiempo lo vienen aprovechando. El contrabando, el tráfico de autos robados y ahora la marihuana son los rubros que mayor volumen de dinero mueven en esta ciudad.

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La ciudadanía local convive con estos males con la mayor naturalidad del mundo. Todos (pobladores y autoridades) conocen la existencia de estos negocios, pero se callan y se hacen los desentendidos cuando se intenta averiguar al respecto.

Las leyes que se fueron creando en la república, como la del Registro del Automotor, por ejemplo, fueron obstaculizando gradualmente el gran negocio del tráfico de autos, camiones, tractores y maquinaria agrícola, que tuvo sus años dorados desde la década del ’70 y enriqueció a mucha gente (entre ellos varios seudopolíticos), que hoy en día se convirtieron en "honorables" ciudadanos de esta ciudad.

El contrabando (de importación y exportación) nunca dejó de ser un rubro importante. Inclusive en determinados momentos se constituyó en el negocio más significativo y de mayor importancia económica, como en la actualidad con los productos electrónicos y el cigarrillo que se envían al Brasil desde esta capital departamental.


MARIHUANA, EN PRIMER LUGAR

Con la "agonía" del tráfico de vehículos, saltó a la cumbre el negocio del tráfico de marihuana. Este negocio que siempre estuvo presente en la historia ilícita de Salto del Guairá ganó terreno con la llegada de traficantes pedrojuaninos y badeños, que trasladaron sus "imperios" a la zona del Canindeyú.

Y evidentemente el tráfico aumentó. Durante los últimos dos años, los traficantes que operan desde aquí en el envío de marihuana al Brasil pierden un promedio mensual de 2 toneladas de su mercancía, en decomisos realizados por la Policía brasileña en la zona fronteriza. Sin embargo, el tráfico continúa cada vez más creciente, y no se desalienta con las pérdidas.

De acuerdo con las estadísticas que se manejan en la lucha antidrogas, las pérdidas y decomisos de marihuana en la zona de frontera no llegan al 20 por ciento del total traficado, lo que nos indica que el tráfico de drogas llega a 10 toneladas mensuales.

Según fuentes policiales, en esta ciudad existen muchos grupos que se dedican al tráfico de marihuana al Brasil, a los que se unieron este año los cárteles de Pedro Juan Caballero y Capitán Bado.

Los grupos locales son bastante heterogéneos y están compuestos por malvivientes de diferentes niveles, transportistas y comerciantes que se encargan de lavar el dinero proveniente de las transacciones. Existen, además, fuertes sospechas de que caudillos políticos y empresarios están envueltos como financistas del negocio.


BUENA GANANCIA

El acopio de la marihuana en los lugares de cultivo (zona baja de Canindeyú) actualmente se está haciendo a un precio de 20 y 50 mil guaraníes el kilo. Una vez ingresado a territorio brasileño su cotización se eleva a 90 reales, unos 180 mil guaraníes al cambio actual.

El precio va mejorando paulatinamente. Cuanto más se aleja de la frontera y más se acerca a los mercados de mayor demanda, como Sao Paulo y Río de Janeiro, la cotización se eleva. En la capital carioca o en las favelas de Sao Paulo la marihuana paraguaya llega a comercializarse fácilmente a 500 mil guaraníes el kilo.


EL ENVÍO

Según la Policía brasileña, el método más utilizado para el envío a gran escala de la marihuana paraguaya al Brasil, desde Salto del Guairá, es el fondo falso de camiones que transportan madera y soja al vecino país. Un alto mando de la Receita Federal del estado de Paraná dijo que no existe forma de hacer un control efectivo del tráfico, por la gran cantidad de camiones que diariamente cruza desde Paraguay a territorio brasileño. Los controles minuciosos son selectivos o en base a trabajos de inteligencia. "No tenemos condiciones de descargar y cargar todos los camiones con soja o madera que cruzan la frontera", reconoció.

Pero, aparte de los camiones de carga, también un muy buen volumen de marihuana pasa al Brasil por medio de embarcaciones que operan desde puertos clandestinos ubicados a orillas del Paraná, y que llamativamente no son controlados por la Marina.

Además, el tráfico hecho por personas que viajan llevando la droga entre sus bagajes (los conocidos "mulas") es otro de los métodos. Una muestra clara de esta realidad es la gran cantidad de paraguayos que se encuentran purgando pena en las penitenciarías del estado de Paraná.


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