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SAN LORENZO (Antonia Delvalle C., corresponsal). Monseñor Claudio Giménez presidió una misa concelebrada desarrollada en la explanada de la Catedral de San Lorenzo. Recordó la parte humana de monseñor Sebelio Peralta, de quien dijo que era fanático del club Libertad y hasta en algún momento jugó fútbol, así como también le gustaba ejecutar la guitarra y cantar, que incluso entre bromas monseñor Celso Yegros le pedía que ya se callase porque no paraba una vez que empezaba su show artístico.
Al hacer una reflexión sobre la muerte a la que todo humano teme, dijo que es una realidad inevitable, porque si no existiese tampoco iba a ser posible la resurrección de Jesús.
“Nosotros debemos seguir adelante, avanzamos en esa dirección, mirar hacia el futuro; este camino es una preparación y cada cual sabrá cómo hacerlo”, dijo.
Instó a meditar y prepararse para cuando llegue la hora de la muerte. Nadie sabe cuándo llegará, por tanto “debemos ir haciendo nuestro camino con obras que agraden a Dios”. “Somos hijos de la luz, alumbremos con sus buenas obras”, expresó.
Resaltó que monseñor Peralta sirvió cinco años y ocho meses a la diócesis de San Lorenzo y en diciembre iba a cumplir 50 años de ordenación sacerdotal.
Luego de la misa, dieron cristiana sepultura al obispo dentro del edificio de la catedral, en el ala derecha. Las exequias finales estuvieron a cargo de monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo metropolitano de la Santísima Asunción.
Monseñor Peralta falleció de un infarto en la tarde del miércoles 19 en la residencia diocesana, luego de 10 días de haber estar gravemente enfermo a causa de la diabetes que le afectó el corazón. Por la noche fue llevado a su ciudad natal, San Salvador (Guairá) y el jueves a Villarrica, de donde fue trasladado a San Lorenzo.