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Los trabajadores de la calle cuestionaron la improvisación de la institución, ya que no se previó la relocalización. Piden ser instalados en otra área de la ciudad o en el predio de 9 hectáreas que fue expropiado en la década del 90 para los trabajadores de la vía pública, pero que terminó en manos de empresarios.
Ayer, los trabajadores se manifestaron por segundo día consecutivo. “Hace dos meses que nos salvamos con alguna changuita. No sabemos cómo mantener a nuestros hijos”, expresó Carlos Ocampos, quien es mesitero desde hace 20 años.
Ocampos dijo que pidió audiencia con la intendenta, Sandra McLeod de Zacarías (ANR), pero no le atendió.
Jonny Morel, vendedor ambulante desde hace 16 años, comentó que solicitaron el apoyo de la Cámara de Diputados, considerando que al ser desalojados sin darles otra alternativa de trabajo, fueron violados sus derechos humanos. Afirmó que no entiende por qué el “supuesto reordenamiento” los afecta solo a ellos, ya que varios mesiteros siguen en las veredas e incluso en las calles.
Los trabajadores informales aseguraron que el microcentro del distrito continúa siendo un caos.
“Si no quieren que estemos por la calle o que deambulemos, entonces que nos den el terreno de 9 hectáreas que se expropió para los mesiteros, para los trabajadores de la vía pública”, sostuvo Morel.
En la tarde de ayer intentamos nuevamente hablar con McLeod de Zacarías, pero no respondió nuestras llamadas a su celular.