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“Esta es una reliquia, un lugar de oración y no se puede demoler para la construcción de salones comerciales. Fue construida por los fieles hace más de 40 años y el párroco ni siquiera consultó con los fieles”, expresó Hugo Céspedes, quien montó una carpa en el patio de la parroquia para permanecer en vigilia y evitar la demolición.
Mencionó que la gruta es un lugar muy visitado y uno de los principales símbolos de la ciudad, debido a que el altar en donde se encuentra la imagen de la Madre de Dios es una réplica del cerro Ñemby, hoy recuperado del poder de un empresario que explotó la cantera por más de 50 años.
El párroco Tadeo Brzuszek indicó que los fieles que participan regularmente de la misa estaban informados de que el oratorio solo será trasladado de lugar para ofrecer mayor comodidad a los devotos. Dijo que la idea es construir salones para una librería y confesionario en el marco de la revitalización del templo.