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En la comisaría de General Caballero, los uniformados trabajan en un caserón semiabandonado, con pisos y techos humedecidos y rotos. Consideran que el peor castigo para el uniformado significa permanecer en el lugar, especialmente en los días de lluvia. A pesar de estar en una zona estratégica, apenas tiene 10 uniformados, distribuidos en dos turnos para trabajar.
En la compañía Achotei, del distrito de Quiindy, se encuentra el puesto policial número 5, en medio de una miseria absoluta, con dos agentes. Funciona en una casita de dos piezas con techo de fibrocemento; el pequeño acondicionador de aire está descompuesto desde hace meses.
Una pieza utilizan como dormitorio, y la otra, como cocina. En el fondo cuenta con un baño común, mejorado por los policías. Dos camas, una vieja mesita y dos viejas sillas forman parte del mobiliario. No cuentan con línea de Copaco y no hay señal de celulares.
En el puesto policial número 3 de la compañía Valle Apu’a, l La oficina tiene solamente tres sillas y carece de fax. Pese a estar sobre la Ruta I, tiene solo dos uniformados por turno.
Vital apoyo ciudadano
La comisaría 5ª de Carapeguá necesita de ampliación del calabozo y provisión de más alimentos para satisfacer la demanda de los 36 efectivos. Los agentes son obligados a abonar mensualmente G. 50.000 para compra de víveres.
La dependencia fue mejorada por el Ministerio del Interior y el Consejo de Seguridad Ciudadana, por unos G. 230 millones, de los cuales G. 30 millones son apoyo de pobladores.
Algunos puestos policiales y subcomisarías, como la instalada en la compañía Pacheco, no cuentan con local propio. Los pobladores se quejan de la ausencia casi permanente de los efectivos destinados a la zona, a unos 25 km del centro urbano.
Con el apoyo de los “pachequeños” residentes en la Argentina están acondicionando dos dormitorios, una oficina con sanitario, una cocina comedor y otro sanitario más. La obra demandará una inversión de más de G. 60 millones.
Superados por abigeos
La mayoría de las dependencias policiales del departamento de Misiones funcionan en precarias condiciones y con número de personal insuficiente para brindar seguridad. La subcomisaría de la compañía San Cristóbal, de San Juan Bautista, una zona de gran producción ganadera y de arroz, cuenta apenas con seis suboficiales y el local precisa urgente refacción.
Los dormitorios donde debe descansar el personal no cuentan con las comodidades mínimas. Esta comisaría también tiene como jurisdicción las compañías Loma y Chaco’i. La oficina de guardia tiene escasos muebles, prácticamente sin sillas.
A raíz del escaso número de efectivos policiales y la falta de medios, no cesa el robo de ganado vacuno en los establecimientos ganaderos. Además, en caso de movilizaciones y cierre de ruta, son llamados los agentes que tienen su día libre para reforzar los operativos.
Opera en local de EBY
La Comisaría 8ª de Ayolas no cuenta con local propio y funciona en un inmueble de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). Está en el barrio de las Mil Viviendas.
Se cuenta con un total de 38 efectivos policiales distribuidos en la comisaría Mil Viviendas, las subcomisarías de San José-mi, Corateî, y Estero Bellaco.
Las cuatro patrulleras disponibles están a cargo de la comisaría y de las unidades de San José-mi y Corateî. El cupo de combustible es de G. 1.500.000 mensual, que dura solo 15 días; después cubren las necesidades con aportes ciudadanos o de los agentes.
También cuentan con dos motocicletas que fueron donados por la EBY, pero no tienen combustible para los biciclos porque no fueron transferidos al Ministerio del Interior.
Solo en la Comisaría 8ª cuentan con equipos informáticos, pero los útiles que recibe son insuficientes.
Hay plata, pero no llega
La precariedad, la falta de recursos, la asistencia al personal y, en algunos de los casos, hasta el abandono, continúan siendo la constante en los establecimientos policiales, especialmente en los rurales, del Alto Paraná.
En la administración central existen suficientes recursos asignados para la institución, pero la excesiva burocracia impide que los desembolsos se realicen a tiempo, dejando los puestos en total orfandad y merced de la cada vez más sofisticada red que opera en la delincuencia en la frontera.
“Plata hay en suficiente cantidad, pero no llega adonde debe llegar”, dijo una fuente policial.
Para reparar un vehículo averiado se debe llevar a Asunción. ¿Cómo podríamos llevar una patrullera descompuesta?, cuestionó nuestro informante.
Para una comisaria, por ejemplo, el cupo de combustibles para dos patrulleras para realizar vigilancia durante 24 horas es solo G. 55.000. En cuanto a los locales, el mantenimiento y nuevas construcciones, se hacen con apoyo ciudadano.
Hay 1.800 agentes en 24 comisarías
La Jefatura de Policía del Área Metropolitana, que opera a cargo del comisario principal Carlos Ozuna, maneja 24 comisarías distribuidas en 70 barrios.
El jefe de Orden y Seguridad es el comisario principal Tomás Cristaldo.
Como es lógico, por ser la capital del país, las condiciones de infraestructura, comodidad y movilidad son mejores que en el interior.
En total, hay 1.800 efectivos, para una población aproximada de 513.400 habitantes. La Policía cubre la ciudad con 130 patrulleras y 93 motocicletas.
La cantidad de personal comisionado en instituciones públicas es mínima, porque de ello se encarga la Agrupación de Seguridad.
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