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Los guardaparques asesinados son Rumildo Toledo (36) y Artemio Villalba (51). El doble crimen ocurrió el 18 de agosto del año pasado en la reserva natural privada Tapytã, ubicada en el distrito de San Juan Nepomuceno, departamento de Caazapá. El sitio se encuentra bajo administración de la fundación Moisés Bertoni.
La manifestación de los pobladores, amigos y vecinos de los asesinados se realizará desde las 06:00 en las cercanías de la reserva natural Tapytã. Anunciaron que harán cortes de la ruta en la zona del puente sobre el arroyo Tajay que une esta ciudad con Tavaí.
Manifestaron que la medida de protesta será en repudio a la inacción de las autoridades que dilatan la investigación del caso, en el que se encuentran imputadas cinco personas, todas prófugas.
La investigación del caso en un primer momento estuvo a cargo de la fiscala de San Juan Nepomuceno, Gladys Jiménez, quien imputó a los hermanos Robert, Braulio y Ramón Alcaraz González, así como a Hugo Andrés González Sosa y Daniel González Britos, todos prófugos. La funcionaria fue recusada por falta de confianza en su labor y el expediente pasó a manos de la fiscala Karina Escurra, quien tampoco consiguió avanzar en el expediente y actualmente se encuentra suspendida en sus funciones por una investigación por lavado de dinero.
Actualmente el caso está sin fiscal y los familiares y amigos de las víctimas temen que quede impune.
Desde un primer momento también se habló de que políticos influyentes de la zona protegen a los procesados. Se le mencionó incluso al gobernador de Caazapá Pedro “Pipo” Díaz Verón (ANR), quien es hermano del ex fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, imputado por los supuestos delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. El jefe departamental negó la acusación en más de una ocasión y afirmó que no apañará a ningún criminal.
El caso
El doble crimen ocurrió alrededor del mediodía del 18 de agosto de 2018 cuando un grupo de cazadores furtivos ingresó a la reserva Tapytã. Fueron sorprendidos por los guardaparques Rumildo Toledo y Artemio Villalba que con la intención de evitar el accionar de los intrusos altearon a dos de ellos, quienes al igual que sus acompañantes (habrían sido nueve en total) emprendieron una huida y uno de ellos disparó a los custodios de la reserva.