“Plagueo” del médico “molestoso”

Este es el relato in extenso del médico Raúl Ramírez en el video viralizado ayer por las redes sociales y de aplicación de mensajería instantánea: “Buenas noches. Yo soy el doctor Raúl Ramírez, médico especialista en ortopedia, trabajo como jefe de guardia en el Hospital Regional de Encarnación; viernes de noche, sábado de noche ha (y) domingo de noche. Y vengo a denunciar algo vergonzoso, vengo a denunciar una cosa que para todos los personales de blanco ñanemotî (que avergüenza a todo el personal de blanco), que nuestros propios colegas nos estén persiguiendo porque denunciamos que faltan insumos en los hospitales.

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Y procedo a relatar lo sucedido: Yo, en el Hospital Regional de Encarnación soy jefe de guardia, como les dije, los fines de semana. Y llega un paciente un domingo (que voy a omitir el nombre del paciente) con una lesión importantísima del pie, un sangrado importante; les digo yo a mis residentes y les digo yo a mis enfermeras que por favor me preparen al paciente y que le metan al quirófano porque vamos a entrar a operarle al pobre prójimo. Tal es mi sorpresa que cuando entro al quirófano y me dice la enfermera que no contamos con los insumos básicos. Un hospital regional departamental, cabecera departamental, ndoguerekói (no tiene) guantes, ndoguerekói yeso, ndoguerekói venda, ndoguerekói algodón laminado. Me dice la enfermera: doctor, al paciente se le pide. Mba’éicha piko ñande hospital regional ha las cosas básicas ndajaguerekomo’ãi (¿Cómo un hospital regional no va a tener insumos básicos?).

Entonces yo hago lo que tengo que hacer en ese momento grave: agarro y le digo al paciente que por favor me espere un momento y filmo la situación, siempre protegiendo el pudor, la imagen y el buen nombre del paciente. Filmo la situación, la vergonzosa situación y le envío personalmente y únicamente al director del Hospital Regional de Encarnación para que él se entere de lo calamitoso que está el hospital. Me sorprende sobremanera que el doctor, al enterarse de esa situación, lo primero que hace es agredirme, a decirme por qué estoy filmando, a decirme qué gano yo filmando, y pasó a segundo plano el pobre paciente que estaba tirado en la cama del quirófano, esperando ser operado, que no había insumos para operarle, y era un paciente de escasos recursos como la mayoría de nuestros pacientes, isoguéngo la ñande gente (son pobres nuestros compatriotas) lastimosamente. Y él no tenía la alternativa de irse a un hospital privado porque no tenía los 500.000 a 1 millón (de guaraníes).

El director olvidó ese detalle y comenzó a agredirme, a amenazarme, a decirme que en las guardias del fin de semana estoy ya luego creando problemas, que ya tuvo bastantes denuncias de funcionarios, y no de pacientes, porque “creo muchos problemas y me plagueo mucho por la falta de insumos”, que es (lo que) tiene que hacer todo ciudadano, si faltan insumos, y el hospital debe proveer, es nuestra obligación denunciar, eso es claro.

Como ya se imaginarán, la conversación con el señor director no terminó de buena manera, pero creo que funcionó porque de repente empezaron a aparecer insumos mágicamente: aparecieron guantes, apareció un poco de yeso, aparecieron vendas, se pudo hacer la cirugía, le lavamos al paciente y pasó a la sala.

Terminó mi guardia, me entero dos días después de que yo fui denunciado por un caso de violación a la intimidad del paciente. Me voy a que me aclaren, si eso es cierto, me acerco a la parte administrativa, y me dicen que sí, que fui denunciado. Pregunto por quién fui denunciado, si el paciente se enojó o qué pasó, y me dicen que no, que solamente presente mi descargo y con eso basta.

Gracias a Dios fui asesorado por mi abogado y me dijeron que nooo, que quién está denunciando, por qué denuncia y qué dice su denuncia. Tal es así que tuvimos que acudir a la Séptima Región Sanitaria donde nos enteramos de que el director del hospital regional me acusa a mí porque yo filmé la situación en quirófano y le pide a la directora de la Séptima (Región sanitaria) que me sancionen por tal hecho.

La directora de la Séptima Región Sanitaria, en vez de decirme: doctor Ramírez, necesito tu descargo para que me digas qué pasó, por favor, si es cierto lo que dice fulano (el director) o es cierto lo que decís mengano, no como la santa inquisición que escucha una campana y ya le ahorca. No. Pero ¿saben qué hizo la directora de la Séptima? hace un manuscrito, exactamente en la parte inferior, en la parte izquierda, puño y letra de la directora de la Séptima, pidiendo sanción: ‘Favor aplicar sanción’.

Eso, señores, se llama coacción grave. Le dice a su subalterno, a la asesoría jurídica, que me castigue, porque soy un doctor que crea problemas, porque soy un doctor que se plaguea porque faltan insumos, porque el paciente mboriahu (pobre) no recibe la atención que se supone dice en la prensa. Porque en la prensa dice (el director) que el hospital está bien, en la prensa dice que tenemos insumos, que tenemos yeso, que tenemos venda, hace una inauguración a cada rato. A cada rato sale en la tele y se abrazan todos y hacen un brindis.

Pero la gente mboriahu se muere en el hospital, la gente mboriahu viene, y si no tiene para comprar hilo, si no tiene para comprar guante, omano upépe, huguy ha omano upepete (se desangra y se muere ahí). ¿Cuál es su pecado?: ser pobre, ese es su pecado. ¿Cuál es mi pecado?: poner en evidencia esta situación.

Yo les respeto, yo soy un respetuoso de las leyes, mi gente son abogados; mis hermanos, mis padres, yo respeto las leyes, ellos siempre me inculcaron respetar desde el hombre que limpia al ministro de Salud que está allá arriba. Pero cuando una persona es corrupta, cuando una persona actúa de mala fe y quiere perjudicar al otro, es tu responsabilidad como testigo denunciar esa situación. Y yo no me voy a callar, no tengo la edad para ensuciarme con semejantes basuras.

Entonces, es exactamente lo que yo le digo, posteriormente, a la directora de la Séptima Región Sanitaria que me llama a recriminarme por qué yo estaba plagueándome. Y yo le dije en la cara, de hecho le dije por teléfono: doctora, usted le negó, se olvidó de un derecho constitucional del paciente de tener una salud digna, eso pasó a un segundo plano para usted porque lo primero que hizo fue atacar al mensajero, a ese doctor hinchapelotas, molestoso, que está poniendo en evidencia esta situación, y que no es una situación aislada.

La prensa a cada rato pone en cada sucursal del Ministerio de Salud la falta de insumos, la carencia de personal, la atención paupérrima que tiene nuestra gente, es una denuncia día a día, y lo correcto no es perseguirle al personal que está denunciando, lo correcto es buscar el problema y solucionarlo, porque nuestra gente se muere, nuestra gente no tiene atención si no paga.

Por eso les digo, por favor, a nuestras autoridades, porque esta clase de gente son una vergüenza para Itapúa, son una vergüenza para Encarnación, son una vergüenza para todo paraguayo de bien, y son una extremadamente enorme vergüenza para los personales de blanco que luchamos por trabajar en condiciones dignas y por ofrecerle al paciente una salud que siempre se predicó y que siempre fue el discurso.

Entonces repito: estas dos personas (los directores del Hospital Regional y de la Séptima Región) son una vergüenza para Encarnación, son una vergüenza para Itapúa, y son una vergüenza para todo paraguayo de bien”, concluye.

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