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El club deportivo compró la fracción San Isidro, con lo que amplió su local cerrando al menos once “calles provisorias”, que servían a los lugareños para movilizarse en el barrio.
El magistrado fue recibido por un bullicioso grupo de estudiantes, docentes y vecinos de la zona, que desde julio del año pasado ya no pueden cruzar por una propiedad porque la firma Rakiura ordenó cerrar, a la altura de la calle Comanche y César Meza de la compañía Loma Merlo.
El problema se agudizó por el cierre total de la propiedad que fue cedida años atrás por los anteriores dueños del inmueble, explicó Natividad Llerena, presidenta de la comisión vecinal San Isidro.
El asesor jurídico de la Municipalidad, Vidal Pereira, explicó que se trata de una calle estratégica para los vecinos y que el dueño al cerrar su propiedad dejó “encerrado” a la comunidad, principalmente a los estudiantes.
El propietario de Rakiura, Roberto Costa Zanella, dijo que el inmueble en cuestión es privado y fue adquirido para instalar una cancha de fútbol. Agregó que cuenta con los documentos de la propiedad y que los vecinos cruzaban por el terreno usando como calle provisoria, pero que al quedar cerrado ya no pueden pasar por el lugar.