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Se trata de Carlos César Ramírez Valdez, quien ocupa el cargo de tesorero de la entidad; Gustavo Adorno López, presidente de la Junta de Vigilancia, y Cándido Rotela Espínola, miembro electo del Consejo de Administración.
Los tres fueron denunciados en 2011 por Eladio Bareiro Riquelme y el párroco José María Velasco García por desvío de dinero de la Junta de Saneamiento cuando eran directivos. Se estimó que lo defraudado llegó a unos G. 231 millones.
Los pobladores insisten en que las citadas personas no merecen ser socios y, mucho menos, directivos, por tratarse de “delincuentes confesos”.