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Monseñor Medina responsabilizó a los transgresores de las leyes ambientales de la situación de emergencia que viven miles de familias en la zona. En varias oportunidades el obispo había cuestionado la agresión a los humedales de la zona, llamando a preservar el ecosistema del Ñeembucú.
Llamó a los políticos de los dos departamentos mencionados a proceder con justicia y equidad al momento de ayudar a los damnificados. Dijo que este es el momento en que el pueblo necesita de sus autoridades y que estas responden con división y politización.
Exigió a los dirigentes alejarse de sus caprichos y hacer que primen la solidaridad y la transparencia. Pidió un manejo transparente de los bienes públicos y que mantengan la cordura, evitando que la ayuda sólo llegue a los amigos y correligionarios.