Pese a la precariedad, escuela pelea para no desaparecer en el Ñeembucú

La escuela N° 5659 “San Pablo” de Potrero Esteche (Guazú Cua), distante 30 kilómetros de Pilar, pelea para no dejar de funcionar. La orfandad de alumnos debido a la migración que sufre esta compañía es una amenaza para la institución.

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POTRERO ESTECHE, Guazú Cua (Clide Noemí Martínez, corresponsal). El profesor Basilio “Papo” Torres Sánchez es quien dicta clases a los dos únicos alumnos que acuden al local escolar. Años atrás la escuelita llegó a tener unos 30 alumnos, y hasta 2017 eran cinco los que acudían al aula.

La deserción escolar hizo que el número fuera disminuyendo sostenidamente hasta la actualidad, que encuentra a la institución ante una inminente desaparición.

Una de las alumnas, Paola, de 7 años, va al segundo grado, mientras que su hermano Rolando, de 12 años, cursa el sexto grado. La familia de ambos planea mudarse a Pilar en los próximos meses, lo que dejaría a la escuelita sin alumnos.

El local no cuenta con energía eléctrica ni agua potable. El vital líquido se trae del estero más cercano y se almacena en un tradicional y pintoresco cántaro de barro.

El sanitario del edificio escolar es una simple letrina y no hay muchas esperanzas de que se mejoren las instalaciones.

A la precariedad del local escolar se suman las dificultades que se tienen para acceder al lugar. Los caminos son muy precarios, son prácticamente intransitables en días de lluvia y se inundan en largos tramos cuando las precipitaciones se vuelven constantes.

En esas condiciones, el profesor y los alumnos recorren largas distancias para cumplir las tareas del día. Torres explicó que tampoco se tienen materiales didácticos de apoyo para dictar las clases.

Consultado sobre la posibilidad de que la escuela quede sin alumnos, el docente expresó que presentó un proyecto para recibir a los adultos que no pudieron proseguir sus estudios.

“En la zona hay muchas personas mayores que no tuvieron la oportunidad de completar sus estudios primarios y están deseosos de hacerlo si se les brinda esta oportunidad. Creo que esto puede ser la alternativa para sumar alumnos y evitar que la institución cierre sus puertas”, afirmó el maestro rural.

La falta de infraestructura es quizá la razón principal de la gran migración que sufre Potrero Esteche (Guazú Cua).

En la actualidad siguen residiendo en el lugar unas 25 familias que no tienen el beneficio de los servicios públicos. 

No existe un sistema de agua potable ni llega la energía de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE).

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