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AYOLAS, Dpto. de Misiones (Miguel Ángel Rodríguez, corresponsal). Los pescadores se mueven en botes de colores oscuros, sin identificaciones y sin luces para evitar ser vistos e individualizados. Ingresan a la zona prohibida para la pesca, 3.000 metros aguas abajo y aguas arriba de la represa.
Mediante la Ley Nº 1378/92 ese sector fue declarado “zona de reserva ictícola”. No solo los pescadores entran en forma ilegal al sitio sino también turistas, principalmente brasileños, de acuerdo a las fuentes.
Los irregulares incluso llegan hasta 1.000 metros de la represa, área prohibida para la navegación de cualquier tipo de embarcaciones por seguridad de la represa. Es donde se concentra la mayor cantidad de peces de distintas especies, codiciados por los pescadores.
La custodia de la zona de los 3.000 metros está a cargo de la Prefectura Naval de Ayolas. En tanto que en el sector de los 1.000 metros de la represa, además de los militares, el control es apoyado por efectivos de seguridad de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY).
El titular de la Prefectura Naval de Ayolas, capitán de fragata Wilson Altuman, dijo que la zona de reserva ictícola de la EBY es una “mina de oro” muy codiciada por pescadores inescrupulosos. Por ese motivo se registran incidentes cuando efectivos de la Marina y personal de seguridad del ente hacen procedimientos para combatir el flagelo.
En un lapso de diez minutos pueden llegar a sacar decenas de especies, como dorado, surubí, pacú, entre otras, “en su mayoría de gran tamaño”, dijo Altuman.
Buscan burlar controles
Comentó que los depredadores siempre están buscando burlar los controles. En ocasiones se desplazan por áreas donde no existe iluminación y llegan hasta la “sala de peces”, donde devastan “a manos sueltas” la fauna ictícola, enfatizó.
Se estima que cada bote tiene capacidad de carga de hasta 300 kilogramos por viaje. Estos ejemplares son vendidos en Ciudad del Este o Asunción, según los datos.
En horas del día los funcionarios del área de Seguridad de la EBY recogen grandes cantidades de espineles y redes utilizados para pesca masiva. Incluso en algunos casos con ejemplares muertos tras ser abandonados por los pescadores furtivos ante la presencia de los patrulleros.
Según los datos, los pescadores furtivos se mueven en grupos de 20 a 30 embarcaciones para evitar que, en caso de ser sorprendidos, sean llevados.
De acuerdo con la legislación, los botes de pequeño porte, como los utilizados por los pescadores furtivos, no deben navegar en horas de la noche, menos aún sin contar con las balizas, identificaciones y otros requisitos.