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AYOLAS, Dpto. de Misiones (Miguel Ángel Rodríguez, corresponsal). El responsable de la Secretaría de Turismo de la ciudad de Ituzaingó (Argentina), Marcos Pintos, señaló que la pesca deportiva, principal actividad turística de la comunidad, se ve afectada por la constante depredación ictícola en el vertedero de la central de la hidroeléctrica Yacyretá. La pesca furtiva también perjudica a numerosas familias que dependen del rubro porque no existe repoblación.
“Nos vemos muy afectados por el flagelo de la pesca furtiva. Se está depredando el río Paraná, tanto en Argentina como en Paraguay, por ambiciones personales o a modo de subsistencia. La venta de los pescados está afectando directamente al turismo en el ramo de la pesca deportiva, que es la atracción del 50% de los visitantes de la Argentina o de países vecinos, como Paraguay y Brasil. Vienen a nuestra ciudad con el objetivo de poder pescar un ejemplar de dorado o surubí, pero al ver que no sacan nada se resisten a regresar nuevamente en alguna otra oportunidad”, comentó Pintos.
Comerciantes y guías de embarcaciones de Ayolas también se quejaron de la situación. Señalaron que en los últimos tiempos se observa menor cantidad de turistas pescadores, principalmente del dorado.
Los que vienen vuelven a sus países desencantados al no poder capturar alguna pieza de la especie, que va desapareciendo a causa de la depredación ictícola.
“Se van descontentos porque vienen de muy lejos, tienen muchos gastos y al no poder sacar al tipo de pez, principalmente el dorado, que es lo que más se quiere, manifiestan su malestar señalando que prefieren no volver más”, dijo Ramón Giménez, un guía de embarcaciones.
El encargado de la oficina de Flora y Fauna de Ituzaingó, Armando Ortiz, dijo que este mal también involucra a pescadores furtivos de Argentina. Señaló que la solución se debe buscar en la Comisión Mixta Argentino-Paraguaya del Río Paraná (Comip) antes de que desaparezca el dorado.
“Se deben buscar soluciones de fondo y crear conciencia sobre este mal, que nos afecta a los dos países, antes de que llegue el momento en que no se pueda hacer nada”, dijo Ortiz.
El titular de la Prefectura Naval de Ayolas, capitán de fragata Wilson Altuman, señaló que los pescadores inescrupulosos se movilizan preferentemente en horas de la noche y en grupos a bordo de embarcaciones de color oscuro con potentes motores para evitar ser vistos y en caso de ser descubiertos emprenden una fugaz huida. Ingresan al área de reserva ictícola que se encuentra en el vertedero central de Yacyretá; es una zona que se extiende a 3.000 metros aguas abajo, donde la pesca es prohibida.
“El lugar es muy codiciado por ellos (los pescadores). En poco tiempo consiguen capturar aproximadamente 300 kilos de peces de distintas especies, entre las que se encuentran las que no tienen la medida reglamentaria”, manifestó Altuman.