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NUEVA ITALIA (Higinio R. Ruiz Díaz, corresponsal). La gran cantidad de lluvia caída en los últimos meses perjudicó en gran medida a los trabajadores porque no podían quemar (secar en hornos) los adobes que, con impotencia, veían cómo se destruían en el charco. La mayoría de los oleros no tiene con qué cubrir los materiales, explicaron.
A las precarias condiciones en que trabajan se suma el pésimo estado de los caminos de acceso a sus fábricas artesanales, razón por la cual los compradores prefieren no ingresar. En muchos casos los oleros no tienen forma de sacar la producción y ya no saben qué hacer para levantar cabeza, expresaron los afectados por esta crítica situación.
Ahora que el clima ayuda para “quemar”, están aprovechando y comercializan a solo 350.000 el 1.000 los ladrillos y esperan repuntar la venta en estos días.
“Las lluvias nos perjudicaron mucho, se pierden los materiales porque no podemos quemar y no tenemos los elementos necesarios (hule o carpa) para cubrirlos. Desde marzo no estamos produciendo”, dijo Teodoro Ávalos, olero del barrio San Isidro-Calle Quinta.
En este barrio se concentra la mayor cantidad de familias dedicadas a la fabricación artesanal de ladrillos. Son unas 70 familias.
Ávalos agregó que a raíz de la gran cantidad de agua que se mantiene en los predios de donde se surten de materia prima, tampoco pueden extraer aún el lodo para elaborar el ladrillo. Las pérdidas ya son millonarias para estas familias que sobreviven de los ingresos que generan mediante esta actividad tradicional en la zona.
Los oleros no reciben apoyo del gobierno ni la Gobernación de Central, por lo que algunos decidieron unirse para poder trabajar, compartir inversiones y esperar la llegada de compradores.
Estos oleros trabajan en propiedades del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) y comentaron que se escuchan rumores de que se serán desalojados por el ente agrario. Supuestamente, la institución vendió grandes extensiones de la propiedad para la explotación de puzolana.
El intendente Osvaldo Krause (PLRA) reconoció la difícil situación de los oleros. Lamentó además que a la falta de venta se suma una disputa por el terreno para la explotación de puzolana. El futuro de los trabajadores y sus familias es incierto, expresó el jefe comunal.
Intendente pide ayuda a la Gobernación de Central
El intendente de Nueva Italia, Osvaldo Krause (PLRA), mencionó que solicitó a la Gobernación de Central, administrada por Hugo Javier González (ANR), la provisión de víveres para asistir a las familias que no están pudiendo trabajar, porque la Comuna no cuenta con los recursos necesarios para ayudar. El jefe comunal agregó que trata de mantener en buen estado las calles de acceso a las fábricas de ladrillos, pero que en las cercanías de las olerías se destruyen por efecto de las lluvias debido a que son terrenos fangosos. “El inconveniente es la gran cantidad de agua que imposibilita realizar en forma el trabajo”, dijo.