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Claman mejora de la pensión
CARAPEGUÁ (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional). La pensión que paga el Estado paraguayo a los excombatientes no alcanza, pues en su mayoría padecen de enfermedades crónicas cuyos tratamientos son costosos y no todos los medicamentos encuentran en el Instituto de Previsión Social (IPS), se quejó Rufino Barrios López, de 98 años, quien vive en el barrio María Auxiliadora de la compañía Aguaiý Itapé.
Al igual que él, nuestros héroes sufren a causa de enfermedades que no pueden ser tratadas en hospitales o en el IPS, porque no cuentan con especialistas. Ante esta situación deben ir a sanatorios privados y a esto se suman los costosos estudios que deben hacerse y prácticamente ya no les sobra dinero para tener una alimentación digna.
La mayoría se encuentra en cama con dolencias como artrosis, mal de Parkinson, están ciegos o viven bajo el exclusivo cuidado de sus hijos. Requieren de un trato especial y mucho cariño para no decaer anímicamente.
Don Rufino, como héroe del Chaco, dijo que tiene un deseo antes de morir y es contar alguna vez con unas 20 hectáreas de tierra que había solicitado al Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert). Hasta tiene número de expediente y es el 12.196/14.
Manifestó que él ahora está viviendo en un terreno que compró gracias a mucho sacrificio, haciendo trabajos de carpir para sus vecinos, cultivar en tierras ajenas algunos rubros agrícolas.
Lamentó que, como excombatiente que luchó para que el territorio paraguayo no quedara en manos de Bolivia, ahora él esté deambulando en reclamo de un inmueble para cultivar, tener algunos animales de granja y que sus hijos –que son 9– puedan tener un lugar para construir sus ranchos.
Entre lágrimas en los ojos recordó que muchos de sus camaradas murieron durante la Guerra del Chaco adonde él fue a pelear a sus 18 años. “El hombre paraguayo fue inteligente porque esta guerra de 1932 a 1935 se ganó por la estrategia empleada, porque nuestros soldados asaltaban campamentos, se apoderaban de las armas bolivianas y de prisioneros y de los fallecidos, con lo que soportaron la contienda”, refiere.
Relató que el fusil que les proveyó en aquel entonces el Paraguay no servía, enseguida el caño ardía, por lo que –si querían sobrevivir– tenían que luchar en una guerra sin igual. Así como muchos paraguayos murieron de sed, los que se salvaron también padecieron.
Recordando aquellas hazañas lamentó que sus hijos hayan tenido que abandonar el país porque jamás existió por parte del gobierno un proyecto que ayude a las familias de excombatientes a llevar una vida más digna y porque las autoridades consideran que, con la pensión que les dan, ya están pagando a los héroes por salvar a la Patria.