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SAN PEDRO DE YCUAMANDYYÚ (Omar Acosta, corresponsal). El obispo de San Pedro, monseñor Pedro Jubinville, presidió la misa central en honor a San Pedro Apóstol, protector de esa capital departamental y cuyo día se celebró ayer. La celebración eucarística se realizó en la catedral de esta ciudad.
En un momento de su prédica se refirió a la ola de inseguridad que azota a nuestro país y también lamentó los abusos que se dan dentro de la Iglesia.
“Últimamente nos acecha una ola de violencia ampliamente mediatizada; las mafias están en guerra; habría más asaltos y robos en todo el país. Miembros de instituciones del Estado están siendo acusados de corrupción y manejos ilícitos, mientras en la misma Iglesia lamentamos abusos inadmisibles”, se lamentó el pastor católico.
El obispo resaltó que la Iglesia conmemora el Año de la Misericordia. En ese sentido, recordó que la misión de la Iglesia no es una campaña para reclutar socios de un gran club o partido, sino la de “anunciar con nuestra vida la misericordia del Padre”.
Abogó por la funcionalidad de un Estado despolitizado. “Hay que pasar por las vías institucionales y despolitizar nuestras intervenciones. La política es importante, pero tiene su propia área de ejercicio”, dijo el religioso.
Pidió buscar objetivos sociales, sobre todo con trámites institucionales que deben ser accesibles para todos. “Esto se aplica tanto a los que tienen el poder y pretenden administrar los servicios públicos a modo de favores o política ro’ópe, como a los opositores que se cierran a toda posibilidad de hacer trámites normales por la vía institucional porque está ocupada por los contrarios”, expresó.
Recordó que el Estado es un bien público, que es derecho y deber del ciudadano recurrir a los servicios públicos.
Remarcó que es necesario luchar por la institucionalidad. “El gobierno de turno administra el Estado, el bien de todos, al que todos pueden recurrir en todo momento. Luchar por la institucionalidad es una forma de hacer concreta la misericordia”, concluyó.
En otro momento de su homilía se refirió a los desafíos ciudadanos. En ese orden dijo que no solo se debe esperar que las cosas sucedan, sino ser parte del cambio.
“Veo como desafío que hace falta que las comunidades identifiquen objetivos y se propongan seriamente en alcanzarlos”, indicó.
En ese sentido pidió defender la tierra, organizar la producción agrícola, conseguir mejoras en atención sanitaria, ayudar a las familias necesitadas, proteger el ambiente, intervenir en la vida municipal, departamental y de las instituciones públicas.
En otro pasaje de su prédica, monseñor Pedro Jubinville invitó a optar por la misericordia en lugar de la rabia. “Nuestro motor de acción social no es la rabia, ni el resentimiento, sino la misericordia. La misericordia nos apremia, no nos deja tranquilos, por eso trabajamos y luchamos”, enfatizó.
Instó a luchar con espíritu diferente de los que simplemente reaccionan porque están descontentos y frustrados.