Obispo pide defender la dignidad de los débiles

El obispo de San Lorenzo, Mons. Joaquín Robledo, en Capiatá instó a los fieles a ser justos y solidarios en la práctica de la justicia, en el respeto y la defensa de la dignidad de la persona, sobre todo de los más débiles y marginados, como mujeres oprimidas y niños.

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CAPIATÁ (Antonia Delvalle C., corresponsal). Monseñor Joaquín Robledo presidió ayer a la mañana la misa central en la parroquia Virgen de la Candelaria, en honor de la patrona y por los 376 años de fundación de la ciudad. Estuvo acompañado por el párroco, presbítero José María Velasco.

El prelado dijo que se trata de una fiesta de la presentación del Señor, llamada también de Nuestra Señora de la Candelaria, porque ella fue responsable de que el hijo de Dios se hiciera carne.

“La Virgen María fue la morada de la misericordia hecha carne en Jesús”, subrayó. Ella nos enseña a trabajar por la dignificación de la mujer, en nuestro mundo de hoy, que a pesar de tantos avances y de que se proclaman los derechos humanos, de la mujer, del niño, permanentemente estos son violentados.

Lamentó los últimos sucesos en que hubo madres y niñas víctimas de violencia, con extremos que desembocaron en la muerte. Entre los casos más sonados se encuentra el caso de la “criadita” de Vaquería, Caaguazú, Carolina Marín (14), quien falleció a causa de golpes propinados por su patrón, el exmilitar Tomás Eligio Ferreira.

Detalló que la mujer es la imagen de Dios, de nuestra madre María, que Dios le ha dado una gran misión: ser madre, educadora de familia. Por eso no solamente se le tiene que cantar, sino amarla y respetarla, porque es imagen de Dios en su dignidad, ya que todo lo que una mujer da a la familia: la ternura, el amor... es un símbolo del Señor.

En este Año de la Misericordia la Virgen María nos invita a saber actuar con misericordia con todos, particularmente con los débiles, con los empobrecidos; ser misericordiosos significa ser solidarios, indicó.

Manifestó que en las Sagradas Escrituras el viejo Simeón señaló que Jesús será la luz para iluminar las naciones y será puesto para salvación de muchos y para ser señal de contradicción.

A Jesucristo algunos le aceptaron y otros le rechazaron, le persiguieron hasta llevarlo a la cruz, donde el Señor se ofreció a sí mismo, firme a sus principios y convicciones, mencionó el obispo de la diócesis de San Lorenzo.

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