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El menor fue conducido por su madre hasta el principal centro asistencial de Canindeyú el pasado martes 5 de abril para el tratamiento de una fractura en el brazo, lado derecho. Pero al ser sometido a una anestesia general para tratar la fractura e inmovilizar el brazo con el yeso, el menor tuvo una reacción inesperada que finalmente lo llevó a la muerte.
María Sonia González, madre del menor, relató que primeramente recurrió hasta un centro asistencial de la localidad de La Paloma, donde no contaban con el producto (yeso) para el tratamiento, por lo que le recomendaron trasladarse hasta Salto del Guairá.
Señaló que el primer problema con el que tropezó tras llegar al hospital regional fue la ausencia del responsable de la sala de rayos x, quien había ido de pesca, por lo que tuvo que aguardar hasta el día siguiente, miércoles. "Mi hijo, a quien nunca le tomó siquiera una gripe, jugaba por el corredor del hospital, y ni su brazo roto le molestaba tanto", recordó.
Finalmente el chico fue ingresado al quirófano el pasado jueves 7 en horas de la mañana, bajo la responsabilidad de la médica anestesióloga Ladislaa León y el traumatólogo Miguel Angel Arrúa.
El menor, al poco rato de haber recibido la medicina, hizo un paro cardíaco. Ante la falta de respuesta a los intentos convencionales de reanimación, los médicos le sometieron a una cirugía de toracotomía, una maniobra extrema para el masaje cardíaco directo con lo que finalmente lograron reanimarlo.
Sin embargo, ante el estado crítico del paciente, los médicos decidieron trasladarlo hasta Emergencias Médicas, donde llegó con vida, pero antes de lograr una vacancia en terapia intensiva se produjo su deceso.
La directora del hospital regional, doctora Agustina Nacayama, evitó hacer conjeturas sobre lo acontecido. Sin embargo, catalogó el hecho como un suceso muy grave que será investigado a través de un sumario administrativo que ya fue solicitado al Ministerio de Salud Pública, según informó. En el campo penal tomó intervención en el caso la unidad fiscal número 2, a cargo del fiscal Ramón Trinidad Zelaya, a quien los familiares solicitaron que se haga justicia con la inexplicable muerte del pequeño Luis Fernando.