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Girett cumplió el 21 de enero último 50 años de vida artística y fue reconocido por la Comuna local, el año pasado, con la distinción “Pluma de oro”.
Néstor Damián Girett empezó a cantar el 21 de enero de 1966 en el restaurante Hernandarias, en la curva Meyer de San Lorenzo.
Con su guitarra a cuestas se iba a probar suerte en Asunción, pero se bajó del ómnibus por equivocación. Acababa de salir del cuartel de la Tercera División de Infantería, de San Juan Bautista, Misiones. Su sueño era incursionar en la música y actuar en la radio.
Nació el 12 de abril de 1948, en Pindoty, Isla Pucú de las Cordilleras, pero a los 15 días de vida sus padres se mudaron a San Juan, en el lugar denominado Cuatro Bocas.
Su padre, Enrique Girett, había comprado una guitarra a su hermano mayor, Atilio. Néstor Damián, en vez de ir a la chacra a trabajar con su papá, se quedaba en casa a practicar la guitarra y a cantar. Ya siendo adolescente travieso y bohemio cantaba en las tertulias, festivales y fiestas campesinas.
Apoyado por su madre, Ignacia Chaparro de Girett, viajó a la capital del país. De San Lorenzo pasó a Asunción, donde actuó en la calle Palma, en los bares y cabaret. Formó su conjunto Preludio Nativo, pero apenas duró dos meses.
En 1968 se encontró con el dúo Pérez Peralta en el restaurante Los Choferes, situado en Eusebio Ayala y Choferes del Chaco. Actuó con ellos y triunfó con su obra “Teresita rohejáta”.
En 1971 integró su conjunto Los Misioneros Paraguayos y, además de cantar en los bailes, festivales y en la radio, actuó en Canal 9, en el programa “Domingo Folclórico”. Grabó con Los Luminosos de San Juan un long play, en 1977.
Néstor Damián Girett cruzó las fronteras y fue a triunfar en el Festival de Cosquín, en 1993, previa participación, durante 11 años, en las peñas Ajedrez de la comisión del Festival de Cosquín.