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NUEVA ALBORADA, Itapúa (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). La “bicitirolesa” empleará el mismo sistema que la tirolesa, consistente en la circulación de una persona sujetada a un sistema de poleas que corre a través de un cabo de acero. El nuevo atractivo del complejo turístico del Museo del Árbol tiene 300 metros de largo y una caída en pendiente desde un árbol con una altura superior a los 20 metros hacia un punto de llegada, pasando por encima de un precipicio de más de 80 metros.
Mediante la adaptación de una bicicleta, el usuario podrá tener una participación más activa en el juego, pues su desplazamiento a través de dos cabos de acero dispuestos en forma paralela –uno, abajo, como base, y otro, arriba, como sujetador– le permitirán avanzar.
“Buscando innovar los atractivos, se nos ocurrió ofrecer para esta temporada esta opción, que creemos le va a gustar a la gente”, señaló el socio administrador del sitio, Mario Alfonso Ramírez.
Añadió que ahora están haciendo las pruebas técnicas para garantizar seguridad al público a fin de que pueda tener la tranquilidad de disfrutar de una actividad divertida, que le permita admirar un paisaje único.
Además del nuevo atractivo, el complejo ofrece su “columpio del fin del mundo”, que consiste en una hamaca instalada adherida a un frondoso árbol al borde de un precipicio de unos 100 metros. El juego es adrenalina pura, y es uno de los más admirados.
También dispone de un sendero de unos 2.000 metros, con pendientes y pequeños cursos de agua que se deben cruzar, que hacen atractivo y divertido el paseo por el bosque.
El complejo Museo del Árbol fue ideado con el objetivo de crear conciencia sobre la necesidad de cuidar y preservar los recursos naturales, y respetar el medio ambiente. La idea es mostrar un museo viviente en el cual el visitante pueda interactuar con la naturaleza.