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EMBOSCADA, Dpto. de Cordillera (Juan Jara, corresponsal). Una jornada espléndida se vivió ayer en la compañía Minas de esta ciudad, con la tradicional celebración en honor a San Francisco Solano, patrono de la comunidad. Los promeseros ofrecieron al santo el peculiar rito ancestral “Guaicurú ñemonde”.
Cientos de fieles vestidos con trajes hechos de plumas de gallinas, pavos reales o guineas y emitiendo una particular voz parecida a la de los kamba, se constituyeron en una atracción para propios y extraños. La exhibición fue observada con asombro por decenas de turistas que llegaron desde distintos puntos del país.
Los guaicurú ya comenzaron a llegar en peregrinación desde las 22:00 del pasado 22 de julio para participar de la Misa del Alba.
Este año, la misa central en honor al santo patrono fue presidida luego de varios años nuevamente por el obispo de la Diócesis de Caacupé, Monseñor Claudio Giménez. Durante la homilía, el obispo valoró la importante misión del santo para la evangelización en América.
Relató que San Francisco Solano tenía una hermosa voz y sabía tocar muy bien el violín y la guitarra. En los sitios que visitaba divertía muy alegremente a sus oyentes con sus alegres canciones.
Tras la eucaristía, se realizó la tradicional procesión de la imagen venerada del santo protector con el acompañamiento de la bandita estable de los guaicurú, al son de tambores, armónica y platillos.
Este año, el obispo de Caacupé también realizó una bendición muy especial para todos los niños vestidos como los guaicurúes.